"Es difícil. Hay que buscar alternativas como el reparto a domicilio, y reinventarse, como hicimos la primera vez", sostiene la propietaria de la jamonería La Encina de Santa Cristina, local que abrió dos semanas antes del primer cierre ordenado para frenar la expansión del virus. "Son medidas que se entienden, sabíamos que esto iba a pasar e iba a llegar esta situación antes o después, así que intentaremos utilizar este tiempo para preparar otros proyectos. Por ejemplo, nosotros habíamos pensado en poner reparto a domicilio, pero no queríamos desatender la calidad aquí para cumplir con el reparto en horas puntas, y ahora sí que podremos hacerlo", comenta Mañana. "Lo que tengo claro es que no me voy a quedar parada", garantiza, aunque admite que la situación del sector "es una locura" y apunta que sus 16 empleados "son como familia, y son bocas que alimentar". Confía en que esta vez el cierre dure menos que en primavera y las circunstancias sanitarias no extiendan la suspensión de la actividad. "Esperemos que esta vez se controlen las c osas antes y se quede de verdad en un mes", desea. "Si la situación se alarga meses, no sé qué haríamos", apunta. "Es una situación muy complicada, la hostelería lleva reivindicando apoyo mucho tiempo. Ahora, a ver qué ayudas nos dan", comenta. Asegura que los locales de la zona "lo están pasando mal" y, aunque tuvieron un buen verano y la terraza funciona incluso en días de frío, "la situación del trabajo ahora no tiene nada que ver con la de antes del Covid-19".