Casa Segovia, en Os Rosales

Adrián Cotrofe: "Tienen que dar ayudas o se les van a echar encima"

"En el sector, esto nos hunde. Necesitamos ayudas", asegura el propietario de Casa Segovia, en Os Rosales, Adrián Cotrofe. "Ellos hablan del cierre, pero no de las ayudas que van a dar al sector", lamenta el hostelero, quien confía en que las administraciones públicas lanzarán ayudas a los establecimientos hosteleros ante esta nueva orden de cierre. "Algo de ayudas van a tener que sacar, porque si no, se les van a echar encima", augura Cotrofe, después de que se hayan incrementado las protestas en el sector por las crecientes pérdidas derivadas de las medidas destinadas al sector hostelero para contener la pandemia. "Es todo preocupación ahora. El lunes hicimos una manifestación, y el viernes nos cierran", recuerda Cotrofe en relación a la protesta celebrada este lunes en la plaza de María Pita por más de un millar de hosteleros, después de que el viernes pasado la Xunta ordenara el cierre perimetral de A Coruña y Arteixo sin previo aviso justo antes del inicio del puente Difuntos. Yo puedo entender el cierre por motivos de salud, pero tienen que dar ayudas al sector. Y lo que no entiendo es que, mientras cierran los bares, mantengan abiertos los centros comerciales. La gente puede ira comprar ropa pero no a tomar un café, con todas las medidas de seguridad que nos exigen a nosotros", critica el hostelero. Aunque no considera la posibilidad de rendirse. "Aguantaremos, no queda otra. Alguna ayuda tienen que sacar", apunta.

La Encina, en Santa Cristina

Alba Mañana: "Hay que buscar alternativas como el reparto a domicilio"

"Es difícil. Hay que buscar alternativas como el reparto a domicilio, y reinventarse, como hicimos la primera vez", sostiene la propietaria de la jamonería La Encina de Santa Cristina, local que abrió dos semanas antes del primer cierre ordenado para frenar la expansión del virus. "Son medidas que se entienden, sabíamos que esto iba a pasar e iba a llegar esta situación antes o después, así que intentaremos utilizar este tiempo para preparar otros proyectos. Por ejemplo, nosotros habíamos pensado en poner reparto a domicilio, pero no queríamos desatender la calidad aquí para cumplir con el reparto en horas puntas, y ahora sí que podremos hacerlo", comenta Mañana. "Lo que tengo claro es que no me voy a quedar parada", garantiza, aunque admite que la situación del sector "es una locura" y apunta que sus 16 empleados "son como familia, y son bocas que alimentar". Confía en que esta vez el cierre dure menos que en primavera y las circunstancias sanitarias no extiendan la suspensión de la actividad. "Esperemos que esta vez se controlen las c osas antes y se quede de verdad en un mes", desea. "Si la situación se alarga meses, no sé qué haríamos", apunta. "Es una situación muy complicada, la hostelería lleva reivindicando apoyo mucho tiempo. Ahora, a ver qué ayudas nos dan", comenta. Asegura que los locales de la zona "lo están pasando mal" y, aunque tuvieron un buen verano y la terraza funciona incluso en días de frío, "la situación del trabajo ahora no tiene nada que ver con la de antes del Covid-19".

Moma Bar, en O Temple

Marta Guerra: "Siempre paga la hostelería cuando puedes contagiar en todos lados"

"Es superinjusto. Siempre pagamos los mismos y somos la hostelería, cuando la realidad es que te puedes contagiar en todos lados", lamenta la camarera encargada del Moma Bar, en O Temple, Marta Guerra. "En parte sí nos lo esperábamos, pero no de esta manera", comenta en el local y menciona la opción de un cierre total en lugar de centrar las restricciones en los negocios del sector hostelero. Desde el otro lado del teléfono, su jefe, el propietario del Moma Bar y otros negocios en la zona, Carlos Leis, asegura que sigue "peleando", pero que medidas como el cierre de la hostelería un mes "te quitan las ganas de todo". "Intentamos llevarlo lo mejor posible y peleamos para poder sobrevivir, pero no tenemos la culpa de todo, asegura el hostelero. Afirma que en la actualidad trabaja para poner en macha otro local en O Burgo antes de las vacaciones de Navidad. "Seguimos apostando y creyendo en Galicia, pero estas medidas son una putada", comenta el empresario.

El Potro, en O Burgo

Antonio Alcaraz: "Si donde más se contagia es en fiestas clandestinas, hay que perseguirlas"

"Muy mal". Así ve la medida de cerrar la hostelería el propietario de El Potro, en O Burgo, Antonio Alcaraz. "Tendríamos que cerrar todo, ni centros comerciales ni nada, si queremos bajar la pandemia", defiende. Alcaraz augura que el cierre superará en tiempo el mes anunciado. "Va a ser más de un mes porque si ya no lo bajamos en marzo... Bajó porque estábamos todos en casa, pero ahora van a dejar ir a comprar ropa", señala. "Si la hostelería es donde menos contagios hay, algo más de un 3%, y donde más es en las fiestas clandestinas, hay que perseguirlas", sostiene. "Va a ser muy duro, muy duro", lamenta. "Yo tengo diez empleados y pequeños ahorros pero va a ser muy duro. Ahora llega el invierno, no fue como cuando abrimos en junio, con las terrazas. Nosotros normalmente en febrero cogíamos vacaciones porque no hay nada. Ya no voy a poder sacar a todo el mundo del ERTE. Habrá que ir probando. Para estar aquí y no cobrar, mejor estar cerrados", afirma.

Bar Play, en Arteixo

Naty Rodríguez: "Nos exculpan por completo de palabra pero somos los castigados"

La propietaria del bar Play, en Arteixo, Naty Rodríguez, asegura ver el panorama para el sector de la hostelería "muy mal". "Seguimos estando castigados. Nos exculpan por completo de palabra, pero al final el resultado es el mismo: somos los castigados", critica. "Estamos en blanco. Es un mazazo", afirma Rodríguez, y reclama que desde las administraciones se den ayudas. "Si queremos sostenibilidad en los empleos y en los negocios, las pequeñas empresas y los autónomos necesitamos ayudas", sostiene. La dueña del local arteixán admite que sí se esperaba algún tipo de endurecimiento de las restricciones o cierres, pero no se lo planteaban de inmediato o de este modo. "Es algo con lo que de alguna forma cuentas, pero es un mazazo", explica la hostelera. Admite entender que se apliquen restricciones para paliar la expansión de la pandemia, pero reivindica apoyos para el sector. "Si va acompañado de medidas, vale", apunta junto a ella su marido en el establecimiento.