"Es superinjusto. Siempre pagamos los mismos y somos la hostelería, cuando la realidad es que te puedes contagiar en todos lados", lamenta la camarera encargada del Moma Bar, en O Temple, Marta Guerra (en la foto, a la derecha). "En parte sí nos lo esperábamos, pero no de esta manera", comenta en el local y menciona la opción de un cierre total en lugar de centrar las restricciones en los negocios del sector hostelero. Desde el otro lado del teléfono, su jefe, el propietario del Moma Bar y otros negocios en la zona, Carlos Leis, asegura que sigue "peleando", pero que medidas como el cierre de la hostelería un mes "te quitan las ganas de todo". "Intentamos llevarlo lo mejor posible y peleamos para poder sobrevivir, pero no tenemos la culpa de todo, asegura el hostelero. Afirma que en la actualidad trabaja para poner en macha otro local en O Burgo antes de las vacaciones de Navidad. "Seguimos apostando y creyendo en Galicia, pero estas medidas son una putada", comenta el empresario.