Emprender nunca es fácil, pero en tiempos de pandemia, la cosa todavía se complica más. Además de una buena idea y el tener algo que aportar, se une una necesidad nueva: la de que las restricciones del momento no te obliguen a bajar la persiana cuando todavía no has podido probarte en el terreno. Con todo, hay todavía quien se atreve a colgar el cartel de abierto. Es el caso de Judit Dopico y Alberto Chico, una pareja coruñesa que ha optado por tirar para adelante con su proyecto.

Se trata de Cool Stripe, su marca de moda sostenible, que abrió ayer sus puertas en Riego de Agua sin grandes inauguraciones debido a la situación epidemiológica, pero con toda la ilusión de quien empieza un proyecto nuevo. Como es lógico, el pasado diciembre, cuando la idea empezó a cobrar forma en sus cabezas, esperaban otro desarrollo de los acontecimientos. "Teníamos el proyecto en mente desde finales del año pasado. No nos esperábamos la pandemia", relata Judit Dopico.

Como clienta de moda sostenible, echaba de menos un espacio en la ciudad que vendiese productos que siguiesen esa filosofía, normalmente encasillados en un determinado estilo. "Ese mercado en la ciudad estaba un poco reducida a un estilo muy determinado, como casual o hippie", explica Dopico.

Con esa premisa se pusieron manos a la obra: la pandemia les pasó por encima pero supieron adaptarse a las circunstancias, y la primera colección de la firma salió a la venta el 1 de septiembre en formato digital "Salimos en web, porque la idea es ser tienda online. Lo que montamos ahora en Riego de Agua es un formato pop-store, algo temporal", confirma Dopico.

La idea es suplir una de las carencias que suelen experimentar los negocios sin sede física y aportar a sus clientes la oportunidad de observar y valorar el producto en persona. "Queremos que la gente pueda ver la calidad de las prendas, conozca la colección y pueda probársela, pero seguiremos vediendo online", explica la dueña.

Aunque no es el mejor momento, desde luego, los empresarios están satisfechos de la primera toma de contacto. Destacan los valores que rodean la firma como el mejor aliciente para su venta: ropa hecha en España, con tejidos de calidad y ediciones limitadas. "Al final, la sostenibilidad exige un coste mayor que, quizás, una moda más fast fashion. Son tejidos especiales y ropa que no lleva todo el mundo", asegura Dopico.

La idea, este mes, es hacerse visibles en el callejero coruñés y demostrar que estas alternativas sostenibles tiene, también, su espacio en la ciudad. Reivindican el comercio local y esperan que, al menos, sea esta la lectura que se saque de la pandemia. "Si inviertes en tu comercio local, inviertes en tu zona, en tu comunidad, en tu país. Es positivo que la gente se conciencie. Abrigos, jerséis, pantalones, y todo tipo de prendas de temporada están disponibles en su web y, desde ahora, también en la céntrica calle coruñesa. "Por lo menos, hasta que nos dejen seguir abiertos", adelanta Judit Dopico.