Las nuevas restricciones de la Xunta, que entraron en vigor a media noche de ayer, obligan a bares y restaurantes a estar cerrados, al menos, un mes. Pero estas medidas también afectan indirectamente a los establecimientos hoteleros. Los dos grandes hoteles abiertos recientemente en el área, el DoubleTree by Hilton, en Zalaeta, y el Noa Boutique, en Santa Cruz, han decidido bajar la persiana durante el mes de noviembre. "Con el toque de queda, el cierre perimetral, el cierre de la hostelería y la falta de reuniones y turismos, no nos queda otra que cerrar. No nos obligan, pero tenemos que hacerlo", analiza el director del Noa, Yago López.

El Gobierno gallego no ha incluido estos establecimientos en la lista de locales cerrados durante los próximos 30 días, pero algunos entienden que "es imposible" seguir adelante. El Hilton, inaugurado el pasado septiembre, se ha visto obligado a hacer este parón. "No viene gente de fuera y la gastronomía es uno de los grandes atractivos de Galicia, pero ahora todo está cerrado y la ciudad está bloqueada", explica el director del hotel, Richard Huerta, también el presidente de la Asociación Provincial de Hospedaje (Hospeco), que opina que tendría que haberse decretado "un cierre completo".

Estos dos hoteles ya no admiten reservas y su idea es "reabrir cuando lo haga la hostelería", según Huerta, que espera que "en diciembre la situación sea mejor". Piensa lo mismo Yago López, que ante este revés trata de ser optimista y aspira a "hacer una buena campaña de Navidad". La "incertidumbre" domina a un sector que opina que las directrices son "contradictorias". El presidente de Hospeco reconoce que "la situación es insostenible". "Tenemos que cerrar porque no podemos dar el servicio que queremos a nuestros clientes", resume Huerta, que defiende que "hay que buscar un equilibrio" para ayudar a que los hoteles sobrevivan a esta pandemia.

El Hilton, que también tiene restaurante propio —Hünico, con el chef Adrián Felípez—, nació con el objetivo de atraer al cliente internacional. Al parón de Alvedro, que perdió, de momento, su conexión con Londres, se unen ahora los cierres perimetrales decretados por la Xunta. "Vivimos de los de fuera, no de los de aquí", señala.

El hotel Noa aprovechará este mes cerrado para "reparaciones y temas de mantenimiento", según explica su director, que no quiere "tirar por tierra" todo el trabajo conseguido en verano. "Ahora paramos en una situación económica mejor que la de marzo. Le damos al botón de pausa porque si no vamos a perder el dinero que hicimos en los últimos meses", expone López. Entiende, además, que es la "decisión inteligente desde el punto de vista empresarial".

Los hoteles y hostales tratan de "adaptarse a las circunstancias", aunque Huerta, como portavoz, asegura que "el sector turístico necesita un rescate". La situación "es muy dura" para todos. Así lo detalla el director general de Alda Hotels, Alberto Rodríguez, que gestiona el Puerta Coruña, en Matogrande, y el Galería Coruña, en Riego de Agua. "Que no tengamos restricciones en la hotelería no quiere decir que haya gente en los hoteles", indica.

Reconoce que "es un drama" y explica que los cierres perimetrales no son el único problema. "Las comunidades autónomas también se están cerrando. Solo vemos un poco más de gente en los hoteles de empresa", detalla Rodríguez, que asegura que los números de diciembre son "preocupantes". "Estamos por debajo el 1% de ocupación, cuando en un año normal hablamos de que a estas alturas ya tendríamos el 40%", manifiesta.

Para el director de Alda Hotels, "el año ya no se puede salvar". Analiza que el invierno "ya suele ser duro en Galicia", pues no es un destino estrella en esta temporada, pero la situación actual es peor que nunca. "Este invierno es más duro porque estamos trabajando de cero y llevamos una mochila que antes no teníamos, que es la de haber pasado un mal verano", resume Alberto Rodríguez, que prevé que "mucha gente del sector se va a quedar por el camino". Una realidad que, augura, se va a ver "en cuatro o cinco meses".