"Fue a primeros de marzo en Madrid en una comida en la que nos contagiamos varios", explica Francisco Canabal sobre cómo enfermó de coronavirus, del que aún se recupera tras haber pasado por el hospital y llegado a estar en coma. El empresario hotelero recuerda que en aquellas fechas aún no había ninguna restricción en todo el país y acudió a una comida en la que participaron trescientos gallegos con el también hotelero Amancio López Seijas.

Tras la comida, Canabal regresó a A Coruña y al poco empezó a notar malestar, por lo que se hizo la prueba del coronavirus y le dio resultado positivo. Aunque le propusieron permanecer en su domicilio, pidió ingresar en el Hospital Universitario, donde estuvo en planta una semana. "Me decían que iba bien, pero yo decía que no y a los cinco días me bajaron a la UCI, donde estuve trece días, de los que dos estuve en coma", comenta sobre la evolución de la enfermedad.

"Estuve muy mal, estaba inconsciente y no me enteraba de nada, con toda la gente encima intentando sacarme adelante y dos días antes de salir de la UCI le dijeron a mi hija que no contaban conmigo", destaca sobre aquellas jornadas. Tras abandonar los cuidados intensivos Canabal pasó otra semana en planta y regresó a su casa tras casi un mes de estancia hospitalaria. "Salí débil, adelgacé diez kilos y perdí mucha masa muscular", señala sobre el estado en el que quedó tras sufrir el virus, que se agravó poco después, ya que a los quince días respiraba mal y el otorrino le ordenó hacerse una traqueotomía para evitar morir asfixiado, por lo que se sometió a la intervención de inmediato.

"Me estoy recuperando bastante bien haciendo ejercicios cardiovasculares y solo me queda quitarme la traqueotomía y el tratamiento con el logopeda para volver a hablar bien porque me tocaron las cuerdas vocales", señala el empresario, quien tras su experiencia advierte que "todos los virus son muy peligrosos y este se ve que es malísimo". "Nunca tuve miedo a las enfermedades porque nunca estuve enfermo, pero la gente tiene que tener conciencia de que esto del virus no es ninguna broma, mata y no de cualquier manera, sobre todo a las personas de cierta edad y lo estamos viendo día a día", pone de relieve sobre la pandemia.

Se considera afortunado porque cuando se contagió "tenía todas las constantes bien, si no, me hubiera matado., porque si tienes alguna patología, lo normal es que te machaque". Para corroborarlo, comenta que tiene amigos que se contagiaron y ahora están "bastante estropeados", por lo que recomienda a la gente "que tenga cuidado y haga lo que le mandan". Sobre las normas de prevención, cree que se cumplen ahora más que antes, "a excepción de los que salen por la noche, y hay que evitarlo porque es donde se contagia ahora la gente", según opina.

Estima que las restricciones impuestas hacen que estemos en una "economía de guerra" y que va a haber mucha gente que se va a quedar en el paro", por lo que piensa: "La salud es muy importante, pero la economía hay que cuidarla porque si no el pueblo no puede aguantar y eso es lo que me da miedo a mí".