Las obras que se están realizando en la avenida de Rubine no solo han cortado el tráfico, sino que también han eliminado todo tipo de mobiliario, incluidos los contenedores. Un cartel avisa a los vecinos de la zona de los depósitos de basura más cercanos, en la plaza de Pontevedra o bien en la calle Riazor, para que depositen sus residuos. Más de uno considera que recorrer tan solo unos metros desde su portal es un gran esfuerzo así que, sin hacer caso a la advertencia, tira sus bolsas de basura a la calle, en el hueco dejado por los contenedores. Ahí llevan unos días, ya que las obras no permiten el paso de los camiones del servicio de recogida.