El balance de ejecución presupuestaria de 2020 enfrentó ayer al Gobierno local y a Marea Atlántica. Frente a la cifra del 26% en las inversiones realizadas hasta el 31 de octubre que facilitó este último grupo, el Ejecutivo contrapuso la del 67,9%. Aunque ambas partes utilizan como base de su cálculo la contabilidad municipal hasta el 31 de octubre, la diferencia se explica porque los socialistas lo realizan sobre la cifra inicial de inversiones que figuraba en el presupuesto, 24,3 millones, de los que habrían ejecutado 16,4 millones, y Marea Atlántica entiende que deben tomarse como referencia los 64,8 millones que aparecen en la actualidad como recursos del capítulo de inversiones, en los que aún quedan pendientes de gasto 48,2 millones. El método de Marea es el que tradicionalmente han empleado los diferentes grupos municipales para este análisis.

El total del presupuesto ejecutado se situaría, según esta formación, en el 54%, que se traduce en 146 millones sin gastar, lo que califica de "muy grave" ante la situación sanitaria, social y económica causada por la pandemia. Según el Gobierno local, al calcularlo sobre el crédito inicial, el porcentaje de ejecución es del 66%.

Marea divulgó estos datos con la intención de contrarrestar las alusiones del Gobierno local a que su gestión económica es mucho mejor que la de sus predecesores y anunció que propuso a la alcaldesa, Inés Rey, colaboración para elaborar un nuevo presupuesto para 2021 al considerar que prorrogar el actual, como hará el Ejecutivo, es insuficiente ante la crisis. La portavoz del grupo, María García, advirtió de la demora que supondrá introducir nuevos proyectos mediante modificaciones presupuestarias. También propuso un acuerdo unánime del pleno para reclamar inversiones a través de los Presupuestos del Estado y reformar el plan de rescate municipal para permitir el pago de las ayudas antes de que termine su tramitación.