El sol de invierno puede engañar a los amantes del verano. Normalmente, viene acompañado de aire frío, pero ayer fue una excepción y ofreció temperaturas que alcanzaron los 22 grados. Hoy, la máxima llegará a 20 grados, pero la predicción anuncia lluvias desde la tarde.

Los menos atrevidos se conformaron ayer con pasear bajo los rayos, pero hubo quien se aventuró a más y llegó a sacar el bañador y el bikini de los cajones donde permanecen confinados desde septiembre y darse un baño en los arenales coruñeses. Riazor ofrecía, una imagen poco habitual para el mes de noviembre. El sol ofreció una alternativa de ocio para los que se han quedado sin bares, restaurantes o espectáculos musicales y culturales a los que acudir en su tiempo libre.

La playa volvió a ser una opción, bien para descansar sobre la arena con alguna consumición para llevar, bien para pasear con las mascotas o incluso para darse el último chapuzón del año. Último, salvo que al año 2020 todavía le queden sorpresas como estas por ofrecer.