La propuesta de cambios en el plan general que pretende aprobar el Gobierno municipal tiene, entre otros cometidos, "asegurar algunos usos en beneficio de equipamientos públicos y corregir errores de titularidades", según explicó hace unos días el concejal de Urbanismo, Juan Díaz Villoslada. En ese sentido, y además de modificaciones y correcciones en inmuebles como el MAC, el andén de Riazor o la cúpula de San Pedro, el departamento municipal prevé recalificar dos edificios contiguos a la Casa do Consulado en Panaderas, que no podían realizar reformas por estar considerados "equipamiento", y también la antigua sede de Telefónica en la esquina de la calle San Andrés con Mantelería, que pasará a ser calificada como "sistema local de equipamiento de contingencia de carácter público".

Aunque a priori parezca extraño, esta doble modificación está relacionada. Nace de la necesidad expresada por propietarios de los números 50 y 52 de Panaderas al Concello de variar la catalogación de estos edificios para poder hacer frente a reformas en sus interiores. El plan general en vigor los considera parte de un suelo dotacional vinculado a la Casa do Consulado, que alberga, entre otras entidades, la Real Academia de Bellas Artes, una anomalía que pretende corregirse para transformarlos en "edificios de uso residencial privado". Esta nueva tipificación se ajusta a su realidad y daría mayor flexibilidad a los residentes para realizar obras.

Una vez que el Gobierno local ha atendido esta demanda, se ve en la necesidad de mantener la cuota mínima legal de equipamientos públicos en el barrio de Pescadería. Para solucionarlo, se ha decidido a modificar la catalogación de la antigua sede de la compañía Telefónica, con lo que pasará a ser, según su propuesta, suelo "público", aunque deja abierto a qué tipo de equipamiento se podría dedicar.

Según explican fuentes municipales, el inmueble está vacío y esta modificación colocaría al Concello en una posición ventajosa a la hora de abordar la posible adquisición de una de las construcciones más representativas de la calle San Andrés y ponerla al servicio de los vecinos. El movimiento, que podría ser recurrido y que tiene que ser aprobado por el Pleno y avalado por la Xunta, blinda el edificio ante una posible venta.

Este inmueble, con protección nivel IV por su "significación arquitectónica ambiental", fue construido entre los años 1928 y 1930 y tuvo como arquitecto al toledano José María de la Vega Samper, conocido por su prolífica obra pública, como las sedes provinciales de la compañía del teléfono. Este edificio, inaugurado el 4 de octubre de 1930 en una ceremonia repletas de autoridades locales, regionales y estatales, tenía originalmente dos plantas. En una primera ampliación, se le "recrecieron los laterales" y en una segunda, se le subió "una planta al conjunto", según refleja el Plan Especial de Protección y Reforma Interior de A Cidade Vella y Pescadería (Pepri). Tiene ahora mismo cuatro alturas con las dos fachadas protegidas (San Andrés y Mantelería), especialmente "las impostas, las cornisas, las decoraciones, los relevos y la cantería". De sus elementos estructurales, lo único que está blindado para su preservación son sus "muros" y el plan da libertad para afrontar cualquier tipo de reforma y uso en su interior.