Terminar con una lacra como la violencia de género es hoy más que nunca tarea de todos y todas. Implicar y sensibilizar a todas las capas de la sociedad en su conjunto es parte indispensable del cambio. Para el cambio, hace falta compromiso. Y para el compromiso, un pacto. El Pacto Social Contra las Violencias Machistas es la herramienta con la que, desde el área de Igualdade de la Concellería del Bienestar se han propuesto alcanzar el propósito.

"Se trata de impulsar un compromiso con la ciudadanía, tanto a nivel individualizado como en algunos sectores concretos, para trabajar una estrategia de intervención, prevención y sensibilización con las violencias machistas", resume la jefa del Departamento de Igualdad, Betty Rico. Un programa que, pese a tener sus bases constituidas desde principios de año, se va construyendo sobre la marcha en función de las necesidades que se van detectando en cada uno de los sectores que se tocan, en este caso, hostelería, ocio nocturno, medios de comunicación y el tejido asociativo de la ciudad.

La idea, más allá de figurar, es conseguir que tanto personas a título individual como empresas y otras entidades participen y se impliquen. "Queremos hacer de nuestra ciudad un referente de espacio libre de violencias machistas. Queremos ir más allá de poner un cartel en tu local, e intentar que hagas algo más, alguna actuación", explica Rico.

El programa estriba en dos patas: por un lado, un curso básico dirigido a la generalidad de los inscritos, y, por otro, una serie de cursos específicos para cada ámbito en los que se tratarán y debatirán cuestiones que afecten de forma concreta en cada uno de esos terrenos, con el objetivo final de convertirlos en lugares seguros. "Elegimos centrarnos en ámbitos como la hostelería o el ocio nocturno porque implican una gran afluencia de público. Los medios de comunicación, por su parte, implican una importante responsabilidad social de comunicar información libre de estereotipos. Las entidades del tejido social desarrollan un papel importante con la ciudadanía", desgrana.

Las condiciones para adherirse al pacto social y representar, por ende, un espacio seguro y libre de violencia en la ciudad son claras: reconocer estas violencias, aprender a detectarlas y, como consecuencia, combatirlas. La primera fase, la básica, está a punto de concluir. La específica tendrá que postergarse hasta principios del próximo año debido a las restricciones de la crisis sanitaria, pues en este caso, la presencialidad juega un papel importante en el objetivo final, por lo que habrá que esperar por un panorama más favorables.

"Los cursos específicos van a ser completamente prácticos. Vemos cómo es la situación en tu empresa, y te ayudamos a conformar un diagnóstico de aspectos de riesgo a través de una hoja de ruta. Daremos asesoramiento técnico gratuito. La idea es otorgar un distintivo de espacio libre de violencias machistas a todos los establecimientos que se adhieran, de forma que se pueda conformar una cartografía de la ciudad en la que se van a destacar una serie de puntos referentes", añade.

A Coruña tendrá, tras esto, su propio mapa de lugares seguros, pues los locales que luzcan el distintivo habrán acreditado que saben identificar estas situaciones y ponerles coto. "Hay sectores en los que igual existen más violencias indirectas, estructurales o simbólicas. Hay otros en los que se dan violencias más directas, como agresiones físicas o sexuales. En otros, nos centraremos en el ámbito laboral. El objetivo es no solo abordarlo, sino poder llegar a prevenirlo", asegura.