Vecinos de la ciudad trataron de impedir ayer que trabajadores de los Servicios Gallegos de Lacería (Servigal) se llevasen a varios gatos de la plaza Galatea, en Adormideras, una zona muy sobrepoblada de colonias felinas.

A pesar de las protestas de estos vecinos que suelen cuidar, proteger y vigilas a los gastos, estos trabajadores se llevaron cuatro gatos a sus instalaciones. “No nos dejaron hacerles fotografías para poder identificarlos”, se queja una de las vecinas afectadas.

Durante el confinamiento, informan, no se permitió que las personas que se encargan de las colonias de gatos saliesen a recogerlos para proceder a su esterilización, lo que ha provocado que aumenten estas especies en varias zonas de la ciudad, como Adormideras.

Fue hace casi tres años cuando el Concello inició un programa para controlar las colonias felinas en cinco barrios de A Coruña. Las entidades animalistas CoruñaGatuna, Micos e Nós, Gatuchinhos y Gatocán se unieron a la iniciativa. Se encargan de capturar, esterilizar y volver a soltar a los gatos. El coste de este proceso de castración, que oscila entre 45 y 80 euros por animal, corre a cargo del Ayuntamiento, quien aporta también las jaulas y los útiles de limpieza de las casetas y los comederos.

Los vecinos que ayer se opusieron a que Servigal se llevase estos animales, volverán hoy a la plaza Galatea, situada en Adormideras, para evitar que se repita el episodio.

Otro de los objetivos del programa municipal es evitar la sobrealimentación de estos animales y la generación de residuos en las calles.