Piezas en braille y planos táctiles elaborados por los estudiantes.

Todo proyecto gana si se compone, desde su concepción, de partes diversas. En Deseño e Son, de la Asociación Cultural Zalaeta, todo el mundo suma, y la diversidad es una fortaleza. Los tres años que ha durado la iniciativa, que conjuga diseño, música, emoción e integración, quedan recogidos en un documental que sus responsables presentan hoy en la Domus a las 19.00 horas en el marco del Festival de Artes por la Inclusión Cultural Festigual.

Una cinta cuyo objetivo no es desgranar los pormenores del proceso, sino mostrar al mundo sus efectos en los participantes. Los jóvenes del instituto de Zalaeta y los del colegio Aspronaga, el Centro de Educación Especial Nuestra señora de Lourdes y la asociación Aspanaes aunaron esfuerzos en un proyecto con dos prismas: por un lado, el diseño con función social, y por el otro, la música, que ni una pandemia fue capaz de detener. “Durante el confinamiento, pudimos colaborar con la ONCE a distancia. Tras muchas videoconferecias e intercambio de fotos, pudimos hacer una colección de fichas con alfabeto en braille y planos táctiles de algunos colegios en los que hay invidentes”, explica Paz Freire, una de las coordinadoras del proyecto, del que salieron, además, gracias a la ayuda de la impresión en tres dimensiones, pictogramas, guías visuales y hasta alguna aplicación para mejorar la comunicación de las personas con trastorno autista.

La parte musical tampoco se quedó coja, en su última etapa, por acción del COVID: en esta ocasión, pese a que no pudo replicarse la experiencia irrepetible de los conciertos inclusivos de años anteriores, en los que el alumnado de educación especial contribuyó a las notas colectivas con teclados de colores y partituras adaptadas, la musicoterapia por videoconferencia y los videoclips caseros que grabaron los propios alumnos pudieron llenar ese hueco. “En cuanto se pueda, queremos hacer un concierto. El año pasado fue una experiencia muy bonita, los niños se sintieron muy llenos”, asegura Isabel de la Puente, coordinadora de la parte musical.

Tres años de experiencias y actividades que quedan plasmados en una pieza audiovisual concebida por la especialista en cine Xoana Walker, con el que las impulsoras del proyecto buscan, sobre todo, dejar una cosa clara: A Deseño e Son le queda, todavía, mucha vida por delante. “En la próxima edición, incorporaremos al colegio de educación especial María Mariño en el viverismo. La idea es recuperar árboles frutales tradicionales de Galicia. Eso también es tecnología”, asegura Paz Freire. El resultado, fin primordial de todos los esfuerzos, el aprendizaje mutuo. “La diversidad, conocer otras realidades, enriquece”.