El cierre de la hostelería ha provocado que muchos vecinos ocupen los bancos de las plazas para tomar el café. Ocurre cada mañana en la plaza de Lugo, donde se forman largas colas en cafeterías y panaderías cercanas para coger el desayuno y disfrutarlo al aire libre. Cuando se iniciaron estas restricciones, no era tan habitual encontrar a parejas o grupos buscando un sitio en el que sentarse para conversar y disfrutar del café o el chocolate caliente, pero ahora ya es como una rutina, así que algunos tienen que correr para hacerse con un banco libre. Los hay que prefieren esperar, con paciencia, a que alguien se levante para poder ocupar el sitio.