Hay un sitio en el que no falta la felicidad, hay diversidad y la discriminación no existe. Se trata del planeta Alegría, creado por trece niños de Siria, El Salvador, Nigeria, Perú, Venezuela, Colombia y Marruecos, que participaron en un taller lúdico teatral de la ONG Accem, que trabaja para mejorar la calidad de vida de los refugiados. “Una de las dinámicas se centró en otorgar a los niños un poder mágico. Tenían que crear un lugar utópico con la posibilidad de que permanecieran siempre tres cosas en él. La mayoría eligió la alegría y el sol”, cuenta Yosi Ledesma, técnica de Accem, que explica que así fue como nació el nombre del proyecto El planeta Alegría y sus siete soles, por las siete nacionalidades de los pequeños.

Durante la actividad, los participantes también trabajaron con sus familias para “conocer su cultura de origen y trasladarla al resto de los compañeros”. Poco a poco se fueron creando los personajes, pero la pandemia les impidió presentar la obra en la plaza de San Pedro de Mezonzo. A cambio, grabaron un corto. “Nos pusimos en contacto con el comercio local para hacer un casting. Siempre se intentó que los niños fueran creadores y productores del proyecto y nosotras solo ayudantes. Ellos hicieron los bocetos de la escenografía, el casting, de cámaras y de directores”, recuerda Ledesma. Tras tres días de rodaje se creó una película de 25 minutos que se puede ver a través de Youtube, junto con el making of.

Uno de los objetivos fue “sensibilizar a los distintos agentes sociales con especial interés a la comunidad educativa sobre la importancia de poner en valor la diversidad y disfrutar de las ventajas que las distintas culturas que conviven en nuestra ciudad nos ofrecen”. Por ello, Accem también ha creado un libro ilustrado editado en castellano y gallego con el planeta Alegría como protagonista. “Cada niño y cada colaborador se ha lleva un ejemplar impreso para compartir en clase y a los profesores se les da la oportunidad de descargarlo el PDF para trabajar estos temas en el aula”, indica Yosi Ledesma, que quiere que estos pequeños “no pierdan su cultura de origen y le den valor”. “Que digan ‘soy negra, me tengo que querer así, mi acento es importante o tengo rasgos chinos’. La verdad es que A Coruña es muy amable y generosa con la diversidad, pero eso es justo porque tiene diversidad”, reflexiona.

Desde mañana, Accem contará con una mini exposición en la biblioteca Sagrada Familia, donde se podrán ver las ilustraciones de este proyecto. Además, Ledesma no descarta que “más adelante, cuando haya menos restricciones, se pueda hacer una premier del corto con alfombra roja”.

La técnica opina que ese planeta Alegría “puede ser cualquier sitio si se pone en valor a todas las personas que forman parte de él”, independientemente de su origen o religión.