Reservas canceladas y previsión de ventas truncadas es el panorama que se les plantea a los negocios de Oleiros que tienen como principal clientela a los vecinos de A Coruña y concellos limítrofes. La Xunta rebajó el nivel de alerta del municipio oleirense, el segundo cambio en su situación en dos días, lo que significa unas medidas menos restrictivas, al tiempo que sale del perímetro de A Coruña, Cambre, Culleredo y Arteixo que continúan en el mismo grado y con los mismos límites anti-COVID: bares reabiertos desde ayer con un 40% en interior y 50% en terrazas y reuniones de hasta seis no convivientes. Los aforos de los establecimientos aumentan para los oleirenses, que podrán desplazarse a cualquier municipio con su nivel, como Santiago, pero no podrán hacer vida en la ciudad vecina, como algunos habían planificado. El único municipio limítrofe que les queda es Sada.

“Nos aumentan el aforo, pero para qué, si no vamos a tener gente para cubrir”, expone encargado del Café Poniente, en Perillo, Lorenzo Gómez. Al entrar en el nivel básico, los negocios de hostelería y restauración de Oleiros disfrutan de un aforo del 50% en el interior y del 75% en terrazas, frente al 40% en interior y 50% en terrazas de la almendra que forman los otros municipios citados. En lo que coinciden ambos niveles es en la ocupación máxima por mesa de seis personas que deben estar con mascarilla salvo el momento estricto de la consumición.

Caída de reservas

Ayer, comenzaban a recibir en el Café Poniente las primeras cancelaciones de clientes procedentes de A Coruña. Lo mismo ocurría en las Cabañas de Canide, que se enteraban de la nueva situación de Oleiros por la llamada para cancelar la reserva de un cliente coruñés. Los propietarios de este establecimiento hotelero son Mar Carrillo y Juanjo Lojo . “Se nos han caído todas las reservas del puente y dos de la semana que viene”, afirman.

“Estos cambios son siempre un lío pero en viernes, aún es peor porque es cuando tienes más movimiento”, afirman. Esta opinión la respalda otro restaurante, A Fábrica de Santa Cristina, que tenían una “buena previsión” para este fin de semana, el primero en el que podía abrir la hostelería, “porque la gente tiene ganas de salir”, y “se han venido abajo”, afirma el socio de este restaurante, Carlos Revenga.

En este caso, apunta que el negocio “no funciona tanto por reservas, como por gente que viene al paseo marítimo y al pasar por delante de la puerta” decide quedarse a comer.

Respecto a los comercios no pueden superar el 50% de su aforo, con un límite máximo de 100 personas en espacios cerrados y 200 en el exterior. El número de clientes que pueden estar a la vez en un establecimiento parece lo de menos cuando tus principales compradores tienen prohibido ir a Oleiros.

Este es el caso de Jardiland. El director del establecimiento de Iñás, Antonio Cabeza, tenía todo preparado para uno de los fines de semana con más ventas del año. “Nos han fastidiado pero bien, si lo hubieran dicho el miércoles, no habríamos comprado tanto”. Su frustración viene porque buena parte de su mercancía es “perecedera” y ahora tendrán “la tercera parte o menos” de clientes de lo que habían previsto. “No tiene sentido separar Oleiros de A Coruña, cuando Oleiros es una ciudad dormitorio”, opina.

En este puente, “la gente venía a comprar y aprovechaba para colocar todo lo de Navidad en casa. El daño ya está hecho, porque, aunque levantasen —las restricciones en A Coruña y limítrofes— el martes, la Navidad ya está perdida, la gente ya no va a comprar”. Para muestra, recuerda el puente de Difuntos: “Teníamos todo preparado y se echó todo a perder, porque o lo vendes en el momento o no lo vendes”.

Ventajas

No todos los negocios de Oleiros se verán afectados por la exclusión del municipio de esa almendra perimetral. En el caso del restaurante Puerto de Lorbé, al ser invierno su clientela es la habitual. Una de sus empleadas, Josefa Tomé, explica que para el fin de semana contaban con “seis o siete reservas y no canceló nadie porque es gente de la zona”.

En Albari Burbujas, Dexo, han recibido la desescalada como una buena noticia. “Antes estábamos limitados a A Coruña y ahora estamos abiertos al resto de Galicia u otras comunidades”, explica uno de los promotores de este establecimiento, Eduardo Guillén.

“Es una situación muy cambiante y nos vamos adaptando e invirtiendo en I+D para que haya contacto cero, incluso vamos a incluir un telescopio informatizado y un observatorio astronómico para que se puedan ver desde cada burbuja”, subraya.

En el caso de este hotel, centran su actividad en fenómenos astronómicos como la conjunción de Júpiter y Saturno que despierta “un gran interés” en esta fechas, añade Guillén.