Quedar para cenar con amigos, leer el periódico mientras se toma el café o comer algo rápido antes de entrar a trabajar. Rutinas que muchos echaban de menos y que ayer pudieron recuperar. La Xunta ha permitido la reapertura de la hostelería, pero la jornada ha coincidido con un día de temporal, marcado por la lluvia y el viento. “Es una pena que haga tan malo”, comentaba ayer un hostelero de la plaza de Vigo, ya que cree que las cosas no van a mejorar durante el Puente de la Constitución.

No faltaron, pese a todo, los “clientes incondicionales”, que esperaban impacientes que abriese la verja para volver a sentarse en una de las mesas de sus bares favoritos. Las restricciones de aforo continúan, por la situación epidemiológica, por lo que estos locales solo pueden ocupar el 40% en interior y el 50% en terrazas. El presidente de la Asociación de Hosteleros de La Marina, Antón Sáez, ya explicó hace unos días que los propietarios de estos establecimientos “tienen que hacer muy bien los números para comprobar si les merece la pena volver a abrir”.

No fue el mejor día, culpa del temporal, pero muchas mesas se encontraban ocupadas y los teléfonos de los restaurantes empezaron a sonar para hacer reservas para estos días. “Estaba deseando ir a tomar el café tranquilamente al bar de siempre”, confiesa Cristina Villaverde. Como ella, muchos clientes que celebraron la decisión del Gobierno gallego de dar una nueva oportunidad al sector hostelero.

Algunos, como Ramón López, miran al mes de noviembre, que acaba de pasar, con pena. “Hizo un tiempo estupendo y ahora que podemos abrir llega la lluvia”, lamenta. También destaca esto Sáez, que cree que esto va a dificultar que se llenen las terrazas, pues algunas no están preparadas para las bajas temperaturas.

Ya no solo acudir a un bar o a un restaurante fue la nota positiva de ayer, sino también volver a reunirse con no convivientes. La Xunta permite grupos de hasta seis personas, vivan bajo el mismo techo o no, lo que ha fomentado las reuniones de amigos y familiares que durante el último mes se habían mantenido separados. “Estaba deseando ver a mis amigas”, indica una clienta que siguió las normas durante todo este tiempo.

Bares y restaurantes de la ciudad permanecerán abiertos hasta las once de la noche, cuando se inicia el toque de queda. En un principio, se barajó la posibilidad de que abriesen hasta las 17.00 horas, pero la mejora del número de contagios en los últimos 14 días ha llevado al Ejecutivo autonómico a ampliar el horario.

Este “alivio”, como tildan algunos hosteleros, no ha servido para callar a un sector que sigue manifestándose para exigir ayudas económicas. Una nueva concentración se celebró ayer frente a la Tesorería de la Seguridad Social. “Ayudas o muerte”, cantaban los presentes mientras hacían ruido con las cacerolas. Este grupo de empresarios locales, que traslada sus quejas y peticiones a Concello, Xunta y Estado, continuará movilizándose para demandar la entrega de prestaciones y las cuotas de autónomos paralizadas y los impuestos aplazados. La siguiente manifestación está marcada para mañana, a las 12.00 horas, junto al atrio de la iglesia de San Jorge, ya que a la misma hora hay una concentración de Vox en la plaza de María Pita.

El temporal sacude a la hostelería | VÍCTOR ECHAVE

Álex Veira y Álvaro Alvedro - Clientes

“Por lo menos ahora podemos comer fuera algún día”

Álex Veira y Álvaro Alvedro ya tenían “muchas ganas” de sentarse a tomar algo en un bar, como solían hacer antes de que la Xunta obligase al cierre. “Por lo menos ahora podremos comer fuera algún día, ya que no se pueden hacer muchas cosas en estos momentos”, reflexionan. Alvedro confiesa que “se agradece poder sentarse en una terraza”, aunque el día de ayer tampoco acompañaba. Durante este tiempo, los amigos pidieron a domicilio, pero ya estaban cansados de “salir de trabajar e ir directamente a casa porque todo estaba cerrado”.

El temporal sacude a la hostelería | VÍCTOR ECHAVE

Victoria de Labra y María de Labra - Clientas

“Hay que dar ganancia a los locales, que lo están pasando mal”

Las hermanas Victoria y María de Labra pudieron disfrutar “por fin”, como ellas mismas dicen, de un café juntas en una céntrica terraza. “También es una forma de darles ganancia a los locales, que lo están pasando mal en estos momentos”, analizan. Entienden que “cerrar la hostelería no era la solución”, ya que hay otros ejemplos, como “el de Madrid”, que lo confirman, así que se alegran de la reapertura. Suelen acudir a una cafetería de la plaza de Vigo, donde ayer se reunieron. “Ya teníamos ganas la verdad”, comentan.

El temporal sacude a la hostelería | VÍCTOR ECHAVE

Ramón López - Hostelero

“El puente va a ser complicado, pero podemos trabajar”

El mal tiempo que se espera durante todo el Puente de la Constitución preocupa a Ramón López, dueño del Terracota. “Se espera mucha lluvia. Además, suelen ser días que viene gente de Madrid y ahora no se puede”, explica el hostelero, que cree que “el puente va a ser complicado” para la hostelería. De todos modos, encuentra algo positivo: “Por lo menos podemos trabajar”. Su establecimiento no tuvo servicio a domicilio durante el último mes, así que esta es “una reapertura total”. “Ojalá la gente se vaya animando”, concluye López.

Clientes de A Cunquiña, ayer, en la jornada de reapertura. | VÍCTOR ECHAVE

Roberto Castro y Alfonso Quintas - Hosteleros

“Se nota que la gente está contenta por la reapertura”

En el Roots, el día de la reapertura fue “muy tranquilo”, en parte por el mal tiempo. “El día no acompaña”, se queja Roberto Castro. Su compañero, Alfonso Quintas, confiesa que notaron que “la gente está contenta” de que bares y restaurantes vuelvan a estar abiertos. “Solemos tener gente de oficinas y bancos de la zona”, explican los hosteleros, que esperan ir cogiendo ritmo “poco a poco” para llegar a tope a la campaña navideña. Los que no han faltado, aseguran, son los “clientes incondicionales” que estaban deseando volver al local.