Si mi rayo te alcanzara es el nuevo disco de Xoel López. Tenía que haber salido en mayo, pero el coronavirus también fue un obstáculo para este trabajo que, a pesar de todo, como dice el coruñés, tiene una “energía diferente” que lo hace aún más especial. Se ha atrevido con nuevos ritmos y ha acertado, pero tiene la espina clavada de no poder subirse a un escenario para presentarlo en condiciones con toda su banda.

¿Cómo es mostrar al mundo un nuevo disco creado antes de la pandemia?

Por un lado celebro y creo que es una suerte que el disco fuese compuesto en el 2019. Tiene una energía anterior y una vitalidad de una época no muy lejana, aunque lo parece. Esa parte me gusta, porque ahora removiendo el disco y escuchándolo de nuevo me trae buenos recuerdos. Es verdad que afectó directamente a la grabación. Tuvimos que parar e irnos para casa. La sensación fue muy frustrante, pero no está plasmada en el disco porque cuando volvimos al estudio, en mayo, la energía fue muy positiva. Después del confinamiento, creo que todos tuvimos un pico de cierta liberación, aunque con un poso de tristeza en el ambiente. Teníamos muchas ganas reprimidas. Recuerdo grabar tomas de voz con mucho desparpajo, cogiendo el micrófono con la mano y tirándome al suelo.

Es un álbum con mucho sentimiento y confesiones. ¿Fue 2019 un año importante para Xoel López?

Sí. Es un disco muy intenso. Para mí, 2019 fue un año muy emocionante y emocional, con momentos de todo tipo, pero sobre todo un año muy vivido. Lo que refleja es tu propia experiencia. La vitalidad. Y no me refiero a que todo sea de color de rosa, sino a que vives todo intensamente. Eso se percibe en el disco y lo está notando la gente. Además, creo que es algo que me sucede cada equis tiempo, como algo cíclico. De repente saco un disco que tiene más profundidad y más luz. Me toco ahora y ahí está. Cada disco representa un momento y está bien, no estoy haciendo de menos a los demás.

Se puede ver su parte más animada con Tigre de Bengala, ¿será el himno de este trabajo?

Me flipa Tigre de Bengala porque es un pico de energía que no sé si tenía en mi carrera. Creo que todo el mundo sabía que podía hacer canciones más acústicas, como Tierra, pero me saqué de la manga esta especie de merengue 2.0 y afropop. Es de bailar, pero yo creo que la letra también tiene referencias dylandianas. Tiene peso y me parece que combina muy bien. ¿Por qué no hacer letras con profundidad y que puedan ser canciones bailables? De todas formas, mis favoritas son Joana y Pez Globo, que son de las más intensitas y melancólicas del disco.

Hay cosas muy diferentes en Si mi rayo te alcanzara, ¿se debe a una madurez musical o la necesidad de explorar nuevos ritmos?

Me pasa que necesito renovarme. Uno necesita sentir que se refresca. Hay gente que lo que busca es la estabilidad, pero para mí la música es un ejercicio de libertad constante y un abrir camino todo el rato. Es verdad que eso me lleva a probar cosas nuevas. En este caso, parece que está funcionando, pero en otros casos no me funcionó. Yo me muevo, pero no quiere decir que sean pasos acertados. En todo caso, siempre voy a buscar el movimiento.

En Catarata dice “recuerda que no somos máquinas”. ¿Nos estamos olvidando de sentir?

Creo que estamos enfocando a veces todo este momento de una forma técnica. No digo que no sea importante, pero creo que al final somos seres funcionales. Hay poco espacio para lo emocional. Ahí creo que es fundamental la música y las artes en general. Es una forma de dar rienda suelta a los sentimientos. Lo vi en los conciertos. La gente se emocionó especialmente porque hay muchos sentimientos reprimidos, mucho miedo a decir “me siento mal”. Hay una especie de coraza de que nadie sufre. Tengo referencias en el disco a eso y estamos hablando de 2019, así que esto viene de atrás. Hay poco espacio para mostrarse cada uno con sus debilidades. Alma de Oro habla básicamente de eso. Te invita a mostrarte tal y cómo eres. No es todo reluciente y maravilloso, es tu verdadero ser, con lo bueno y lo malo.

En el videoclip de Vampiro Blanco le vemos en algunas escenas solos pero también con parte de su banda. ¿Se está cercando más Combo Viramundo que a un artista en solitario?

El Combo tuvo mucho que ver en el disco. Me ha influido el hecho de volver a divertirme haciendo versiones y juntarme con otra gente, de quedarme en un segundo plano en vez de ser el cantante principal y sobre todo hacer versiones de cosas muy diferentes. Y lo coral. La idea coral de Combo Viramundo la llevo a mi carrera en solitario y se convierte en este disco en el que colabora mucha gente. Incluso David Quinzán —bajista del Combo— compone las canciones conmigo. Creo que ahora voy hacia ahí. Esto no quiere decir que no haga de repente un proyecto con una guitarra yo solo.

La gira suele ser la hermana gemela del lanzamiento de un disco, ¿cómo se afronta no saber cuándo va a poder tocar?

Es un poco ingrata la sensación de tener un disco que, además, te parece que está gustando y que fue un trabajo muy intenso. Dentro de esto, vamos a hacer todo lo que se pueda. Me da pena que el contexto no favorezca al disco, pero también es verdad que la gente lo está escuchando en su casa, e incluso lo escucha con una sensibilidad diferente. Lo afronto con la paciencia que muchas veces no tengo. A ver si en febrero, marzo o abril se pueden ir haciendo cosas y a ver si en verano podemos darle el lugar en directo que se merece. Porque también está la cosa de poder tocar y cómo. Está todo un poco en el aire y es cierto que esa incertidumbre cuesta.