Personas mayores de 65 años que carezcan de apoyos familiares y recursos económicos suficientes para habitar en una residencia son los destinatarios de las tres viviendas comunitarias que Cáritas Interparroquial pondrá en marcha en A Coruña y Culleredo en los próximos meses para prestar atención a este segmento de la población. Dos de las viviendas, que tendrán una capacidad máxima para doce personas, se localizarán en la ciudad, una en el barrio de la Sagrada Familia y otra en la zona de San Pedro de Visma, mientras que la tercera se ubicará en O Burgo.

“Nuestra intención es reconducir todo el programa de mayores hacia las viviendas comunitarias”, explica Pilar Farjas, directora de Cáritas en A Coruña, quien detalla que la entidad cuenta ya con la autorización de la Xunta para poner en marcha una de ellas y que dos de ellas precisan aún de las licencias municipales de los ayuntamientos de A Coruña y Culleredo para iniciar las obras de reforma que son necesarias.

La tercera de las viviendas se construirá en terrenos propiedad del Arzobispado de Santiago en la parroquia de San Pedro de Visma. Se trata de una parcela situada en la calle Río, junto al barrio de Os Mariñeiros y la ronda de Outeiro, que carece de uso en la actualidad y en la que se encuentran inmuebles en estado de abandono, uno de ellos una antigua capilla, que serán sustituidos por una nueva edificación.

Los planes de Cáritas pasan porque la parcela no solo acoja la vivienda comunitaria, sino también un edificio destinado a convertirse en un espacio multiusos en el que se instalará un altar que podrá cerrarse con una mampara, lo que permitirá combinar la realización de celebraciones litúrgicas con otro tipo de actividades comunitarias. En el terreno se levantará además una vivienda para el personal y habrá también espacio verde de uso privado.

Esta última actuación será posible gracias al convenio que firmaron a finales del mes pasado el Arzobispado con Cáritas y la parroquia de San Pedro de Visma. El acuerdo establece que Cáritas se encargará de realizar las obras en la parcela y de conseguir los fondos con los que se financiarán, tras lo que la entidad benéfica se responsabilizará de la gestión de la vivienda comunitaria.

“Estamos muy ilusionados”, afirma Pilar Farjas sobre el proyecto de Visma, que se añadirá al de las viviendas de la Sagrada Familia y O Burgo. La directora de Cáritas recuerda que las viviendas comunitarias constituyen una “fórmula residencial reconocida dentro de los servicios sociales y muy necesaria”.

“Hemos identificado que el problema de los mayores no atendidos por otras instituciones es que se quedan solos y con pensiones muy bajas, sin vivienda y en condiciones de precariedad”, destaca Farjas sobre las condiciones en las que viven muchas personas mayores. Según refiere, hay algunas que se ven obligadas a vivir en habitaciones alquiladas o en fondas ante la carencia de recursos para pagarse otra clase de residencia.

“Hemos visto situaciones absolutamente indecentes, humillantes. Por eso nos pusimos a trabajar en este proyecto”, declara la directora de Cáritas, quien añade que estos mayores no pueden acceder a recursos de otras instituciones, por lo que la que dirige orientará su actividad en relación con los mayores en situación de necesidad hacia su alojamiento en viviendas comunitarias.

La situación de estas personas en dificultades se ha visto agravada durante la pandemia, en especial a lo largo de los meses de confinamiento, ya que Cáritas solo pudo llevar a cabo un seguimiento de su estado por vía telefónica, a lo que se unió el acompañamiento al médico de algún anciano. La entidad mantiene un convenio con el Sergas, mediante el que los centros de salud se ponen en contacto con ella cuando perciben que un anciano no acude a la consulta que tenía programada. Una vez que la crisis sanitaria mejoró, Cáritas retomó las visitas al medio centenar de mayores sobre los que efectúa un seguimiento regular para comprobar que pueden satisfacer sus necesidades básicas y resolver los problemas a los que se enfrentan, para lo que la institución hace uso de los medios de que dispone.

Para Pilar Farjas, la carencia de vivienda es la principal causa de exclusión social en Galicia, razón por la cual Cáritas firmó hace unos días un convenio con la Fundación Barrié mediante el que se prestará asistencia a 20.000 familias gallegas que sufren problemas para hacer frente al pago de un alquiler o de los recibos de luz, agua o gas.

“Llevamos años insistiendo en que es necesario afrontar el problema de la vivienda desde todas las perspectivas”, advierte Farjas, quien recuerda que Cáritas cuenta en A Coruña con cuatro viviendas de inserción social y pretende aumentar su número. Esta iniciativa está orientada a familias con hijos y no solo incluye la vivienda, sino la cobertura de sus necesidades básicas y la asistencia para conseguir un puesto de trabajo.

La entidad recibe además la colaboración de Naturgy para rehabilitar entre cuatro y seis viviendas al año, con una inversión de hasta 6.000 euros en cada una de ellas, ya que aprecia que numerosas personas viven en edificios de muy mala calidad porque no cuentan con medios para reformarlos. Una vez terminadas las obras, se realiza un seguimiento de las familias.