La presentación por Valoriza y Arias Infraestructuras de un recurso ante el Tribunal Administrativo de Contratación de Galicia contra su exclusión del concurso municipal, efectuada en el último día apto para hacerlo, mantiene paralizada la tramitación del nuevo contrato de la recogida de la basura, que se adjudicó a Cespa. Hasta que el tribunal emita una resolución, que el Concello espera para este mismo mes, no podrán continuar las gestiones necesarias para formalizar la adjudicación.

Una vez que se conozca el dictamen, y si mantiene la exclusión de Valoriza y Arias, la firma del nuevo contrato aún se demorará dos meses, según la concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, quien informa además de que la llegada de los nuevos camiones que realizarán la recogida de los residuos tardará todavía más tiempo, ya que unos son de carga lateral y otros de trasera y tendrán que ser adquiridos por la empresa. Esto llevará a que el servicio empezará a prestarse por la nueva concesionaria más de cuatro años después de la caducidad del anterior contrato, ocurrida en enero de 2017.

Si el Tribunal de Contratación da carpetazo a la reclamación de Valoriza y Arias, cuya oferta se desestimó al contener un error en la propuesta económica, no terminarán las complicaciones judiciales para este concurso, puesto que Copasa ya presentó en los tribunales un recurso contencioso-administrativo contra su exclusión por incumplir el tamaño máximo de los camiones empleados en las calles más estrechas del centro de la ciudad. Valoriza y Arias podrían además optar también por la vía judicial en caso de que se rechace su recurso en la instancia administrativa.

Esta situación se produce cuando el otro contrato incluido en este servicio, el del suministro y mantenimiento de los contenedores, comenzó a ejecutarse esta semana con la instalación de los soterrados, mientras que a partir del miércoles se distribuirá el resto. Las novedades que incorporan es la identificación de los destinados a residuos orgánicos con una tapa marrón, así como la reducción del ruido que generan al ser movidos gracias a unas ruedas especiales y a tapas que amortiguan su caída al ser cerrados.

Críticas de PP y BNG

El PP afirmó ayer sobre los nuevos contenedores que “la única diferencia” con los anteriores “es el color”, ya que no se los dotó de mejoras como la carga lateral, sensores con información o apertura con pedal. También criticó la ausencia de contenedores para envases ligeros y para inorgánicos considerados como resto. Los populares destacaron que los ayuntamientos del Consorcio As Mariñas desde 2017 y Arteixo desde 2018 tienen ya contenedores más modernos.

El BNG denunció que los contenedores de la calle Trompeta, en el lateral del edificio municipal de la Franja, se convierten desde primera hora de la tarde en “poco menos que una suerte de vertedero incontrolado de residuos”, muchos perecederos. Los nacionalistas indican ese foco de suciedad y mal olor fueron denunciados por los vecinos de la zona en numerosas ocasiones.