La urbanización de As Percebeiras, un conjunto residencial con un edificio de 14 pisos, otro de 11 y otros ocho de 8 alturas, ha superado un paso crucial en su camino para ser realidad en la costa de Labañou. La Xunta considera “aceptable” la integración paisajística del conjunto y ha dado luz verde a la evaluación ambiental por la vía rápida. Le queda camino por delante: Metrovacesa tendrá que incorporar los cambios sugeridos por la Xunta al plan especial, que ha de pasar por exposición pública y pleno y, finalmente, solicitar y conseguir las pertinentes licencias de construcción. También se tendrán que aprobar los proyectos de compensación y urbanización de la zona, que se pueden tramitar de manera paralela al plan especial.

La junta de gobierno aprobó en julio la propuesta de la constructora para el Plan especial, con 371 pisos, 148 de ellos de protección especial. El proyecto fue negociado con el Concello, con una rebaja de edificabilidad sobre los derechos adquiridos por los propietarios del suelo en los planes generales de 1998 y 2013. El siguiente paso fue la tramitación ambiental, que ha resuelto recientemente la Xunta, optando por una evaluación simplificada y no ordinaria, como sí vio necesario en el proyecto de 2017 que no salió adelante. Aún no ha publicado su resolución y los alegantes están pendientes de recibir respuesta a sus reparos.

Una vez que la constructora incorpore los cambios parciales recomendados por la Consellería de Medio Ambiente, el plan especial estará listo para ser llevado al pleno, donde el Gobierno municipal del PSOE está en minoría. Necesita mayoría simple. Con la oposición frontal de Marea Atlántica y el BNG, el Ejecutivo depende del Partido Popular para que el proyecto salga adelante. Por lo menos, precisa de la abstención de los populares si los otros dos grupos votan en contra. Irá a pleno tras pasar por junta de gobierno y un periodo de exposición pública donde los vecinos podrán volver a presentar alegaciones.

Aprobados los proyectos de compensación (reparto de las parcelas) y urbanización (el acondicionamiento de servicios y espacios libres del entorno), Metrovacesa tendría entonces el camino abierto para solicitar las licencias de construcción de los edificios y de la urbanización de la zona. En su resolución, la Xunta da por válido que, a pesar de reconocer un “inevitable apantallamiento” de la perspectiva del mar y la Torre de Hércules, la disposición de los edificios lo reduce “en buena medida” respecto al grupo de viviendas de María Pita. El Gobierno gallego considera que se “evita la la ocupación del borde costero” y razona que, con la reducción de edificabilidad, se mejora las propuestas de los planes generales de 1998 y 2013.

La Xunta admite que “la alta visibilidad que tendrán los edificios en la ensenada del Orzán y que los convertirán en “importante hito visual” en el litoral coruñés. El problema, para la Consellería de Medio Ambiente, se resuelve con intervenciones estéticas: “materiales, colores, perfil detallado de los volúmenes son algunos de los aspectos que determinarán en mayor o menor medida la calidad de la imagen resultante”.

Por eso, “sugiere recoger” en la normativa del plan especial “criterios estéticos (materiales y colores) y formales para las edificaciones, teniendo como objetivo un acabado conjunto armónico y uniforme”. Recomienda estudiar “en detalle” cómo resolver la envolvente conjunta. La tercera modificación que ordena la Xunta es la inclusión de un carril bici y la cuarta, la mejora de la normativa de espacios públicos en la zona para “fomentar su funcionalidad ecológica” para lo que apuesta por plantar “laurel y madroño” como especies autóctonas. Ninguno de los cambios cuestionan ni la edificabilidad ni las alturas y su afección ambienta. El Parlamento debate hoy la decisión del Gobierno autonómico por iniciativa del BNG.