“Brutal”. Un calificativo para una sensación. Aunque no hubiera público ni aplausos, aunque ese vínculo íntimo entre el músico y su audiencia se pierda en una sala vacía. Pese a ello, satisfacción. En ese “brutal” coincidieron los cuatro miembros de Lóstregos, una de las bandas coruñesas que en las últimas semanas ha participado en el programa municipal de ayuda a las salas de conciertos de la ciudad con la grabación de actuaciones sin público de 21 artistas locales, que se podrán ver en streaming a partir de hoy hasta el 16 de enero en las redes y canales propios de cada recinto. La emoción de interpretar música se olvidó por un rato de las cautelas y los límites del COVID.

“Nos quedan muy buenas sensaciones. Hacía tiempo que no tocábamos juntos, pero le pusimos intensidad y nos lo pasamos genial”, decían I. V. y L.b., guitarrista y bajista, también ambos voces, de esta banda de pagan/black metal. Había pasado casi un año de su último concierto y el sábado pasado en la sala Filomatic volvieron a sentir la fuerza de la música en sus venas. “Pensábamos que todo iba a ser frío por falta de público, pero una vez en el escenario realmente lo vivimos como siempre.”, comentaba Y., otro guitarrista. K., el baterista, se había unido a ellos esa mañana desde Ferrol, por lo que, salvo en verano, el grupo apenas había ensayado.

Fueron 40 minutos de intensa música visceral, con humo, focos de luz y velas encendidas, que en vivo y en directo solo pudieron presenciar el equipo de grabación y los responsables de la sala coruñesa, una de las siete adscritas al programa promovido por el Concello y el Consorcio de Turismo. La empresa Koradhí, con cuatro cámaras (una de ellas teledirigida ante el escenario) y tres trabajadores, se encargó de grabar el concierto, que editarán para que el público pueda ver y compartir la emisión.

En Filomatic actuaron también ese día Cloaca y Carolina Rubirosa, que presentaba su último disco. “Cuando el espectador no está presente no hay retroalimentación con el músico. Pero las sensaciones que experimentamos al cantar no desaparecen, y aunque quizás se pierde la frescura y la espontaneidad que te da el contacto físico, me parece una buena solución provisional haber vuelto a actuar para paliar los efectos tan dramáticos que ha tenido esta pandemia en el sector cultural, del que vive tantísima gente, sobre el escenario y detrás de él”, confesaba agradecida la cantante.

Mardi Gras, Jazz Filloa, Inn, Playa Club, Pelícano y Garufa programaron también conciertos gracias a la iniciativa municipal Salas Abertas. Los músicos locales que pasaron por sus escenarios asimilaban sensaciones encontradas tras sus bolos. “Acabas un tema y hay silencio. Es raro, pero dimos gracias al silencio. Actuamos para disfrutar y volver a sentir la unión de la música, lo que más nos gusta”, repasa Luis Moro, que actuó en el Playa con su grupo, Tribeca’s Band, tras más de un año sin tocar juntos.

En la Mardi, Marian Ledesma & Tinaquero Brothers se reencontraron en una sesión a la que le faltó “intimidad colectiva”. “Había tocado meses antes en locales y en la calle en el programa Presco y notaba que músicos y públicos se necesitaban. Hacerlo sin público en una sala me deja una sensación agridulce: conectas con la banda y tocas muy bien, pero no hay nadie, nadie aplaude. Abres los ojos y es como si te pillara alguien en un momento íntimo. Eché mucho de menos la magia que da la gente”, expresaba Ledesma, que agradecía el apoyo del ciclo musical del Concello pero reclamaba a las administraciones más rapidez con el reparto de ayudas al sector cultural.

A los conciertos que permitirá ver cada sala se sumarán 63 piezas extraídas de cada concierto, tres por artista, que estarán disponibles a partir del lunes día 21 hasta el jueves 14 de enero.