¿Hay 20.000 viviendas vacías en la ciudad? De una década a esta parte es habitual escuchar a las administraciones aludir a esta cifra redonda cuando proyectan o anuncian sus respectivas políticas de vivienda en A Coruña. Los sucesivos gobiernos municipales también se han apoyado en la misma cantidad. La base de tal cálculo es la estadística del INE que señala que en la ciudad hay 19.283 pisos desocupados. Pero el dato corresponde a 2011, hace nueve años. Lo recoge un estudio del parque inmobiliario y de la demanda residencial elaborado por la Empresa Municipal de Vivienda, Servicios y Actividades (Emvsa) con el que el actual Ejecutivo local diseña su estrategia inmobiliaria para los próximos años. El documento, que no aporta un censo exacto ni tampoco detalla las estadísticas por barrios, refleja en cambio que, según los consumos de agua facturados por Emalcsa de los inmuebles residenciales, la cifra de pisos vacíos que hay en la ciudad era de 11.580 en 2017, aunque dicha estimación solo se realiza sobre el 85% del parque. Esto es, 20.600 quedan fuera de los cómputos.

Calcular las viviendas sin ocupar de una ciudad es muy difícil, coinciden agentes y promotores inmobiliarios. Este sector reitera que solo se puede considerar como vacío un piso habilitado para comercializar y ocupar en venta o alquiler, pero no aquellos que están en estado ruinoso o en los que es muy complicado residir o hacer obras.

El documento de Emvsa señala que una vivienda vacía es aquella que ninguna persona utiliza de forma estacional, periódica o esporádica. Añade que un ayuntamiento puede declararla como tal mediante la acreditación de indicios de desocupación, como pueden ser los datos del padrón municipal o los consumos de servicios de suministro como el agua y la electricidad. Con esta referencia y con el fin de detectar el número de pisos vacíos que hay en A Coruña, el estudio analiza la fuente estadística de los consumos de agua facturados entre 2013 y 2017 por la empresa municipal Emalcsa.

Ese cálculo lo hace sobre el 85% de los 134.007 inmuebles cubiertos por la base del abastecimiento domiciliario activo en ese periodo de cinco años; el 15% restante lo representan las 20.600 viviendas que escapan del control de consumos para la detección indiciaria de la desocupación, explica el informe. El resultado del análisis se visualiza en una tabla que muestra que en la ciudad había 13.286 pisos vacíos en 2013 y 11.580 en 2017. Las cifras quedan lejos de los alrededor de 20.000 viviendas que, según las estadísticas oficiales, nadie habita. Este método parece reflejar con más fidelidad el número de pisos desocupados. Eso cree el arquitecto del colectivo Ergosfera Iago Carro: “Es una aproximación seria al problema de las viviendas vacías”. “Ya sean 10.000 o 20.000, es una cifra muy importante que exige tomarse en serio la introducción de medidas para que entren en uso antes de plantearse volver a empezar la ronda de los grandes desarrollos inmobiliarios, como pretende hacer el Concello”, añade Carro, que demanda otros estudios similares para saber qué acciones se pueden adoptar en el ámbito de la vivienda: “En qué barrios se concentran esos pisos vacíos, cuántos serían directamente habitables y cuántos necesitarían obras, cuántos son de grandes propietarios, cuántos de pequeños y de cuántos se desconocen los dueños”.

Demanda en doce años

El estudio de Emvsa contiene proyecciones demográficas y de demanda de vivienda en A Coruña con el horizonte puesto en el año 2033. Para reflejarlas, echa mano de datos del INE y del Instituto Galego de Estatística (IGE) y de las proyecciones de cada uno sobre población y número de hogares. Pero en esos cálculos, matiza el documento, utiliza hipótesis de evolución y crecimiento que pueden condicionar las futuras necesidades. La proyección demográfica concluye que dentro de doce años, en 2033, la ciudad alcanzará los 258.545 habitantes, nueve mil más de los que se estiman para 2023. El cálculo de viviendas principales que habrá en 2033 para atender a la población de ese momento llega a las 116.989 unidades, 10.044 más que las que había en 2018.

Con los supuestos de pisos principales, viviendas secundarias e inmuebles vacíos que habrá en doce años, el estudio llega a la estimación de que para entonces la demanda esperada es de 11.817 viviendas familiares. Casi las mismas que, según los consumos de agua facturados, había vacías en 2017.