La Corporación municipal inició el curso político 2020-2021, a comienzos de septiembre, con un sobresalto en las filas del equipo de Gobierno que cogió desprevenida a parte de la oposición. La alcaldesa, Inés Rey, fichó para su Ejecutivo a Mónica Martínez, que tres meses antes le había dado portazo a la formación con la que había concurrido en las elecciones municipales de 2019, Ciudadanos, de la que se dio de baja. Se convirtió así en la décima edil del grupo socialista y en la nueva responsable de Deportes, aunque figura en la Corporación como concejal no adscrita.

La incorporación de Martínez suscitó en Marea Atlántica inmediatas acusaciones al Gobierno local de “inclinarse a la derecha” y, por tanto, poner en peligro el pacto de mandato acordado un año antes entre las dos fuerzas políticas. Al mismo tiempo, fueron continuos los ataques por “transfuguismo” a la exrepresentante de Ciudadanos. Marea llegó de hecho a presentar un recurso en el Concello contra el nombramiento de Martínez como responsable de Deportes, pero el secretario municipal consideró legal la situación porque su conversión en no adscrita no altera la relación de fuerzas en el pleno.

La asignación a Martínez del área de Deportes provocó un cambio de carteras en algunos departamentos municipales. Juan Ignacio Borrego dejó el área deportiva para pasar a Seguridad Ciudadana y Turismo;_Diana Cabanas dejó Turismo para encargarse de Mercados y Barrios;_Jesús Celemín salió de Cultura pero mantuvo Educación;_y la alcaldesa renunció a Seguridad para asumir la responsabilidad en materia cultural y fiestas.

Un impacto parecido tuvo al comenzar noviembre la destitución de sus funciones de la edil responsable de Empleo, Consumo e Innovación Eva Martínez Acón, que además es secretaria general de la Ejecutiva Municipal Socialista y afín al secretario general del PSdeG-PSOE, Gonzalo Caballero. Rey dio un golpe de autoridad con esta decisión tras expresar antes muchas dudas respecto al rendimiento y la implicación en la actividad municipal de Acón, a quien acusó de absentismo laboral.

La concejal, que mantiene el acta y sigue votando los asuntos plenarios en su escaño socialista, dio otra versión de su despido:_fue cesada por reclamar repetidas veces a sus compañeros de Ejecutivo las cuotas que los cargos públicos aportan al partido según las tablas acordadas por el Comité Federal, que, aseguraba, no habían abonado hasta el momento de su marcha. Su cese abrió una brecha entre el Gobierno local y la agrupación del PSOE en la ciudad y la dirección autonómica, que, como la edil, reclamó las aportaciones económicas e informó de que Rey había abonado la primera el mismo día en que prescindía de Acón. La alcaldesa negó tanto sus deudas como las de su equipo de gobierno. Las funciones de Acón se las han repartido otros concejales socialistas.

No fueron del PSOE las únicas novedades en el salón de plenos del ayuntamiento este año. Marea Atlántica, que inició su primer mandato en la oposición con seis ediles, perdió uno con la renuncia de Xiao Varela en octubre. Isabel Faraldo, la siguiente en la lista de Marea en las municipales en representación de Podemos en la ciudad, rechazó unirse al grupo tras debatir la cuestión en asamblea interna, por lo que Marea tiene ahora un concejal menos y Faraldo, como Mónica Martínez en el Gobierno local, es edil no adscrita.

El PP, por su parte, ha tenido tres portavoces municipales desde diciembre de 2019: Beatriz Mato, la aspirante a la Alcaldía que renunció a su acta de concejal hace un año, Roberto Rodríguez y Rosa Gallego. También dejó su escaño Martín Fernández Prado tras ser nombrado nuevo presidente de la Autoridad Portuaria, por lo que será relevado en la bancada conservadora.

Acogida, control de accesos, espacios peatonales y ayudas frente al COVID

El coronavirus alteró la actividad, las rutinas y las costumbres de la mayor parte de la población mundial durante 2020, y lo hará en 2021. Los gobiernos tuvieron que adaptarse a una realidad que modificó la gestión habitual de los servicios y la planificación administrativa para sus ciudadanos. En A Coruña, donde el Ejecutivo socialista decidió prorrogar el presupuesto de este año para el próximo con la justificación de que el incierto escenario creado por el COVID motivaría modificaciones contables, no fueron pocas las medidas adoptadas para, entre otros fines, ayudar a los sectores más castigados por la pandemia sanitaria y el parón de la actividad.

Desde marzo el Gobierno local habilitó el Palacio de los Deportes de Riazor para acoger a las personas sin hogar durante las semanas de confinamiento domiciliario; cuando los vecinos pudieron salir de nuevo a la calle, amplió algunos espacios para tránsito peatonal, como parte de la Marina y Los Cantones, donde se prevé reformar la zona;_cerró calles al tránsito de vehículos, como Alcalde Marchesi y Compostela;_y reguló los accesos a las playas mediante semáforos para evitar aglomeraciones. También diseñó unas fiestas más limitadas en verano que se vio obligado a suspender cuando aún no habían terminado por un repunte de casos de COVID.

El Concello activó una línea de ayudas, bautizadas como Presco, para favorecer a autónomos y pymes locales que suman meses sin ingresos. Los sectores, que rozan las 4.000 solicitudes, reclaman agilidad en la tramitación. Para favorecer el consumo activó descuentos en negocios de la ciudad.