La actual línea ferroviaria que separa el muelle de San Diego del parque del mismo nombre quedaría soterrada entre Casablanca y la estación de mercancías con el fin de evitar la falta de conexión del barrio de Os Castros con el borde marítimo, según las Líneas Estratégicas para la Reordenación del Espacio Portuario elaboradas por un equipo de la Universidade da Coruña. Los autores de la propuesta defienden la conservación del tendido férreo al estimar que puede ser aprovechado para la movilidad metropolitana, por lo que también son partidarios de mantener la estación de San Diego.

Pero esa terminal, en la actualidad dedicada al tráfico de mercancías, pasaría a convertirse en un edificio multiusos en el que también habría espacio para el tránsito de pasajeros si finalmente se pone en marcha un servicio de proximidad en el área metropolitana. Las Líneas Estratégicas plantean que el inmueble duplique su superficie actual, 10.000 metros cuadrados, mediante la construcción de otra planta.

Para complementar esta nueva función de la estación, el documento defiende la creación de un intercambiador de transporte urbano y metropolitano en las proximidades de San Diego, así como el mantenimiento de la actual terminal de carga y descarga de cemento, que se convertiría en una pequeña estación del ferrocarril metropolitano.

“Nos parece que puede ser un elemento central de intermodalidad en todo este ámbito”, explica Carlos Nárdiz, ingeniero de Caminos y coordinador del estudio elaborado por la Universidade, sobre el futuro de la estación de San Diego. Reconoce que mantener las vías del ferrocarril en esta zona “genera problemas en la transición con el parque de la zona y por eso se plantea que entren en la estación de forma subterránea”. Según Nárdiz, esta medida permitiría que la actual carretera del puerto, dotada de cuatro carriles para la circulación y flanqueada a un lado por las vías del tren y al otro por las instalaciones portuarias de Repsol Petróleo, se transformase en un bulevar que pasaría delante de las viviendas del muelle petrolero si finalmente se llevan a cabo.

Este sector del puerto, con una extensión de 89.826 metros cuadrados y 26.947 de edificabilidad, es el único que acogería edificaciones residenciales, según la propuesta universitaria. Algunas de ellas además tendrían la consideración de sociales y su diseño estaría marcado por la calidad y por el objetivo de no convertirse en una barrera para la contemplación del mar desde el barrio de Os Castros.

Las Líneas Estratégicas plantean que los terrenos de la actual estación de mercancías se conviertan en una prolongación del parque de San Diego para integrarse en los barrios de su entorno, como Cuatro Caminos, A Gaiteira y Os Castros. La ubicación de este punto en los accesos a la ciudad hace que también se aconseje la creación de un aparcamiento disuasorio, así como de otro subterráneo que no solo preste servicio al entorno, sino también a las necesidades que generen los nuevos usos que surjan en torno al parque.

Otras medidas del plan de la Universidade en relación con la estación de San Diego son el traslado provisional de la terminal de maderas al fondo de la playa de vías, ya que el objetivo último es su desaparición, puesto que se considera que este tipo de tráfico puede desarrollarse en una estación de menores dimensiones. También se propone la demolición del cierre de la terminal ferroviaria y la integración en la nueva urbanización de este sector de la memoria del paso por el mismo del río de Monelos y del desaparecido castillo de San Diego, cuyo lugar está ocupado hoy en día por naves industriales del muelle. El plan defiende además la demolición del viaducto de la avenida del Ejército con vistas a la conversión de esta vía en un bulevar.

La propuesta de la Universidade da Coruña supone una revisión por completo de los acuerdos entre Concello, Xunta, Autoridad Portuaria y Gobierno central firmados en el año 2004. En los mismos se establecía que la estación de mercancías, el muelle de San Diego y la terminal portuaria de Repsol serían vendidos como suelo edificable para la financiación de las obras del puerto exterior de punta Langosteira. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) tiene entre sus planes el traslado de la actual estación de San Diego a la zona de Vío, al pie de la línea ferroviaria hacia Santiago, aunque todavía no ha adoptado ninguna iniciativa en ese sentido.

Funcionalidad

Los convenios de 2004 hacen referencia a que ya entonces los terrenos de la estación de San Diego habían perdido “gran parte de su funcionalidad”, hasta el punto de que Renfe, la empresa pública que la gestionaba antes de la creación de Adif, calificaba de “procedente” su desafectación. Pero para ello advertía de que antes era necesario que se construyese una nueva terminal de mercancías en otro punto del municipio.

San Diego ha sufrido una caída continua en el volumen de sus tráficos, hasta llegar a perder por completo el de contenedores hace cinco años y el del carbón a la central térmica de Meirama en el actual. Pero el declive de esta estación no va parejo al interés de Adif por construir una nueva, para la que los Presupuestos Generales del Estado todavía no han consignado ninguna cantidad.

El plan general reserva 47.000 metros cuadrados de suelo en la zona de Vío para la nueva terminal, que dispondría de una longitud de 800 metros y de ocho vías para el movimiento de los trenes de mercancías. Su ubicación en las proximidades de Pocomaco favorecería que fuera utilizada también por las empresas de ese polígono, pero Adif mantiene paralizado el proyecto, sin el cual las actuaciones previstas para la estación de San Diego no podrían llevarse a cabo.