Con las fronteras abiertas para el reagrupamiento familiar, A Coruña se prepara para llegar a 2021 dentro de los límites que marcan las normas dictadas por la Xunta para conciliar las celebraciones de estos días con la contención del virus y el Concello ha dispuesto un operativo compuesto por 113 policías locales para que vigilen las calles el 31 de diciembre y el 1 de enero ante posibles excesos o incumplimientos de los vecinos.

Los locales de hostelería de la ciudad tendrán que cerrar de once de la noche a once de la mañana y el toque de queda se ampliará hasta la 1.30 horas. El consistorio remarca que los agentes "acudirán especialmente a las zonas de ocio y locales para vigilar que las coruñesas e os coruñeses cumplen con las normas decretadas por la Xunta para estos dos días".  Este contingente estará repartido por "los distintos barrios" y , además, estarán activos "los profesionales que ocupan puestos fijos en la sala 092 o en María Pita y los que realizan labores de atestados".