La de 2021 ha sido la cabalgata de Reyes más peculiar de los últimos años. La más larga, diez horas, y también la más veloz. Así lo han apreciado los niños y niñas coruñeses que ayer esperaban ansiosos a sus majestades de Oriente, aunque para ello no tuvieron que moverse de sus barrios. Las tres comitivas reales encargadas de recorrer todas las zonas de la ciudad cumplieron con las expectativas sin generar aglomeraciones, y pocos fueron los pequeños que no vieron el autobús-carroza pasar, al menos, de refilón.

“Yo los vi dos veces, por la mañana y por la tarde”, comenta Claudia, de 7 años. En esta ocasión no pudo trasladar a Melchor, su rey mago favorito, sus deseos para la noche de ayer, pero está segura de que que el set de maquillaje y el balón de baloncesto que pidió “para jugar con papá” aparecerán hoy debajo del árbol. “Lo saben igual, son magos”, asegura. Más escépticos con el montaje de este año se mostraron los hermanos Jesús y Jorge, sobre todo con respecto al hecho de que este año los Reyes decidiesen dejarse los caramelos en Oriente. “Todos los años gana el que recoge más caramelos, pero este año nada”, comenta el campeón vigente de la gesta anual, Jesús. “Pasaron tan rápido que casi no los vimos”, se queja Jorge. No cabe duda, tampoco en su caso, de que la cocinita y la camiseta de Messi aparecerán también en sus casas. “Yo este año pedí un perrito. Lo pido todos los años, pero antes era pequeña. Ahora ya tengo 6 años”, señala Sofía.

Hay impresiones para todos los gustos. A Nicolás, el recorrido de por la mañana le pareció un poco “pachí pachá”, pero por la tarde repitió y cambió de parecer “Estuvo mejor, no iba tan rápido, tenía musiquilla y nos saludaron más”, confirma junto a su hermana Candela. Es jornada de ilusiones para los más pequeños, pero también hay algún adulto que no se resiste a abandonar la tradición. Es el caso de Fina y Adela, que acuden a la cabalgata juntas desde hace 15 años “para coger caramelos para los nietos”. Aunque este año tendrán que agenciarse los dulces de otra forma, saludaron a los reyes con la misma alegría.

Las respectivas cortes reales no dejaron, ayer, barrio coruñés sin recorrer. Las distintas zonas respondieron a su modo al paso de la comitiva, y compartieron con los reyes, que saludaban desde lo alto de los autobuses. Mientras que en Xuxán recibieron a los Reyes con confeti, en Vioño un simpático elfo acompañó unos metros a la comitiva. En la plaza de España los más rápidos saludaron a sus majestades desde el improvisado palco de la lágrima de San Roque. Muchos siguieron el trayecto desde sus ventanas en la Sardiñeira, otros en la acera en Novo Mesoiro, o Feáns. “A mí me gustó, pensaba que no iban a venir”, afirma Brais. Una jornada distinta que dejó tranquilos a los más inquietos y que se repitió en los municipios de la comarca de A Coruña y As Mariñas que, entre medidas de seguridad, también recibieron a sus majestades.