La Policía Judicial considera “indiscutible” que el propietario de la Primitiva millonaria fue a comprobarla a la administración de San Agustín y que se encontraba frente al lotero cuando este comprobó el boleto premiado con 4,72 millones de euros. Según el informe policial que se envió al Juzgado de Instrucción número 8 de A Coruña, que actualmente instruye el caso, otro jugador que se encontraba en el mismo local realizó dos nuevas apuestas tan solo 49 segundos después de que el legítimo beneficiario del premio presentara a cobro el grupo de cuatro boletos —sellados en la administración de Carrefour— entre los que se encontraba el resguardo millonario y otro con un premio inferior, de tres euros, que sí cobró.

Hace un año se hizo un cambio del juzgado que investiga el caso, en el que el lotero, Manuel Eugenio Reija, quien asegura haberse encontrado el resguardo, y su hermano, Miguel Reija, delegado provincial de Loterías, están siendo investigados, por lo que ya prestaron declaración ante la jueza anterior.

Las nuevas apuestas se realizaron a las 11.26 y 42 segundos mientras que el boleto premiado se comprobó a las 11.25 y 39 segundos. El lotero tardó 16 segundos en pasar por la máquina los cuatro resguardos. Justo siete segundos antes había abonado un premio de un euro a otro cliente. Y menos de un minuto después llegaron las nuevas apuestas. Una actividad incesante antes, durante y después de que se presentase la Primitiva millonaria, según las pruebas policiales. Así, la actividad de la máquina demuestra, indica la Policía Judicial, que el jugador se hallaba frente al lotero “indiscutiblemente”.

De nuevo, las comprobaciones de la máquina de la administración contradicen la primera versión del lotero de San Agustín, Manuel Eugenio Reija, que aseguró haberse encontrado el boleto “cuando se encontraba solo, sin ningún cliente”. En su declaración describió que había visto la Primitiva, en “condiciones impecables”, en la parte exterior del cristal, junto al pasamonedas, y que se quedó “lívido, pálido” y se llevó un “susto muy grande pues por su profesión sabe que el premio superior significa mucho dinero”.

Y es que una vez comprobó el boleto, en la pantalla apareció un mensaje que decía “Premio Superior. Llevar resguardo a la Delegación”, lo que significa que el premio supera los 5.000 euros. La Policía considera, además, que era vox populi que dos días antes —30 de junio de 2012—, en la administración de Carrefour, se había sellado la primitiva ganadora del sábado, con 4,72 millones de euros. De hecho, este local lucía el cartel acreditativo del premio allí otorgado. El mismo mensaje del boleto premiado apareció, recoge el informe policial, en la pantalla exterior que pueden ver los clientes, pero lo hizo solo durante dos segundos “imposibilitó” al apostante advertir dicho mensaje. No solo eso, sino que la terminal imprimió el comprobante del resguardo: “Entregar al cliente (...)Llevar resguardo a la delegación”. Pero a este solo tuvo acceso Manuel Eugenio Reija, concluye la Policía Judicial.

En un intervalo de 48 segundos, el lotero comprobó trece resguardos y, según el informe policial, “acaparó” la Primitiva millonaria y otros no premiados, excluyendo de este lote los boletos con premios menores que, marca el protocolo, hay que apartar para presentar en la Delegación Provincial de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado.

Reija, además de asegurar que se había encontrado el boleto cuando estaba “solo, sin ningún cliente”, había confirmado el hallazgo de un solo boleto, cuando en realidad eran cuatro. Ante la jueza, el lotero achacó este dato a un despiste, pues creyó que no tenía importancia.

La máquina de la administración de San Agustín revela también que, minutos después de la presentación a cobro de estos cuatro boletos, que habían sido sellados previamente en Carrefour, el lotero los volvió a comprobar para encontrar la Primitiva premiada, que pasó de nuevo por la máquina una tercera y última vez. Al día siguiente, 3 de julio, entregó el resguardo a su hermano, Miguel Reija, delegado provincial de Loterías, quien una semana después, dijo a la lotera de Carrefour —según declaró su marido ante la Policía— que el premio ya había sido “cobrado” y le pidió que no lo llamase más por ese asunto.

El lotero solicitó el 5 de septiembre de 2012 cobrar el premio al alegar que había entregado el resguardo “de buena fe”, sin embargo, Loterías, tan solo dos días después de esta petición, instó a la Policía Judicial a que intentase identificar al posible propietario de la Primitiva a través de huellas dactilares, una pruebas que no resultaron concluyentes.