Después de tres mandatos como presidente del Colegio de Mediadores de Seguros de A Coruña, Juan Manuel Sánchez-Albornoz acaba de tomar posesión del cargo por cuarta vez para continuar al frente de una entidad que vive en este momento una situación delicada por las consecuencias para el sector del seguro de la crisis económica causada por la pandemia, a la que tratan de adaptarse para proseguir su labor de asesoramiento. Los seguros de salud y de decesos son los beneficiados de la actual situación.

¿Qué le anima a ponerse al frente de los mediadores coruñeses una vez más?

La junta directiva tenía un proyecto para el colegio y los momentos son muy duros para la profesión, como para todo el mundo, y parecía que no era el momento de cambios y que lo mejor era continuar con un proyecto que ya teníamos maduro.

¿Cómo está afectando esta crisis a los seguros?

Al faltar la actividad económica, eso se nota en la contratación de seguros. Si el bar está cerrado, el propietario opta por no pagar el seguro, si tengo los almacenes de mi nave a la mitad, pago solo la mitad del seguro y si no hago exportaciones o no vendo, el seguro de responsabilidad civil o el de los empleados los bajo a la mitad. El seguro está muy ligado a la actividad económica y cualquier cosa que ocurra en ella le afecta directamente.

¿Es de las primeros gastos en los que se recorta tanto por parte de las empresas como de los particulares en estas situaciones?

Es uno de los gastos en los que se intenta recortar porque a veces no se ve la necesidad del seguro o se juega al azar intentando que no pase nada. Pero nosotros decimos que es al revés, que en los momentos de crisis es justo cuando ocurren las cosas porque la seguridad baja en las empresas, no se limpian y se mantienen las instalaciones como antes y es cuando ocurren los siniestros. A nivel particular sucede lo mismo, porque cuando en las viviendas se limpian los canalones o se cambian las ventanas, las tuberías o un electrodoméstico antiguo es más probable que no haya un siniestro.

¿Hay alguna modalidad de seguros que se haya visto beneficiada a causa de esta situación?

Los seguros de salud han subido mucho porque la salud ha pasado a ser un bien mucho más apreciado. El final del año pasado, que es cuando se suelen contratar estos seguros, ha sido de locos, ya que había muchísima oferta para captar todo ese mercado. Y otra especialidad, que además es muy gallega, el de decesos, también ha crecido muchísimo porque los gallegos siempre hemos tenido la preocupación por el entierro. Hay clientes que nos comentan que con esta situación no pueden dejar a las familias el problema del entierro porque el fallecimiento se puede producir en cualquier momento. Galicia siempre fue el sitio de España en el que más se contrató el seguro de decesos, pero la pandemia nos ha hecho ver que la muerte puede estar ahí y que los gastos de enterramiento son elevados.

¿Por qué hay tanta demanda en Galicia de estos seguros?

Yo creo que es parte de nuestra cultura, con los funerales, el entierro, el nicho a pie de iglesia en las aldeas, las visitas a los cementerios y como están integrados en los pueblos. De hecho, las principales compañías de decesos españolas, Ocaso y Santa Lucía, se crearon en A Coruña.

¿Cómo han perjudicado las restricciones de la pandemia a los mediadores de seguros? Porque la diferencia con respecto a internet era la atención directa.

Hay que adaptarse porque los momentos son complicados. Fuimos declarados actividad esencial y tenemos libertad de movimiento para visitar a los clientes y atender los siniestros, pero es verdad que no es el mejor momento para hacerlo. Nos hemos adaptado al teléfono, videoconferencias y al correo electrónico para estar muy cerca del cliente con las nuevas tecnologías porque tiene que sentir que estamos ahí y cerca. Ha sido un momento para que los clientes percibiesen que estábamos a su lado y desde el colegio lo intentamos trasladar a los colegiados.

¿Han perdido muchos clientes a a causa de la contratación directa por internet?

La competencia por un lado te hace daño porque te puede robar cuota de mercado, pero por otro te hace espabilar y agudizar el ingenio. Más que internet, que es un segmento muy específico para los jóvenes, quien está haciendo mucho daño a la mediación es la banca con la venta de seguros vinculada a su actividad, como las cuentas y las hipotecas, en las que rebajan comisiones o tipos a cambio de su contratación. La Ley nos asiste porque reconoce que el consumidor tiene que ser libre para contratar, pero cuando se vincula un crédito, hipoteca o las comisiones de una cuenta a la contratación de un seguro se está forzando un poco al cliente a hacerlo.

¿Qué ventajas tiene la contratación de un seguro a través de un mediador?

El consumidor tiene que ver que el mediador es un profesional que conoce su negocio y que le asesora, porque las pólizas y su terminología son complicadas. Y además, hay que contratar lo que cada uno necesita.

Las compañías de seguros siempre se quejan de los fraudes que intentan cometer algunos clientes. Supongo que en su carrera se habrá encontrado situaciones inverosímiles.

Hay dos tipos de fraudes. Primero está el que tiene un siniestro real y quiere aprovechar para arreglar algo más, como pasa con los coches cuando se dice que hay un golpe en un faro y se asegura que un rayazo en un lateral fue causado también por ese siniestro. Y luego está el fraude descarado por un siniestro que no ha ocurrido, unas veces solo de palabra y otras mediante una estrategia sobre lo que ha ocurrido. Son todas muy repetitivas, ya que lo más típico es decir que han entrado a robar en casa y que se tenía un reloj que valía muchísimo dinero o un televisor de gran tamaño en un determinado mueble y luego el perito ve que en el mismo no podía caber o que no había toma para la antena. La gente cree además que con estas prácticas engaña a la compañía, pero al final nos estamos engañando todos porque el seguro no deja de ser una actividad económica y si se pierde dinero al año siguiente sube sus pólizas.