Era tradición en la ciudad aprovechar la Semana de Prevención de Incendios, organizada por el Ayuntamiento y generalmente programada en otoño, para difundir entre la ciudadanía la actividad de los bomberos y ofrecer consejos sobre seguridad a la población, especialmente a los menores. La cita de 2020 quedó pospuesta para esta semana y los efectivos del cuerpo de Bomberos la trasladan a la Red. Desde ayer hay charlas online para alumnos de cuarto a sexto de Primaria de los colegios Novo Mesoiro, Calasancias, Maria Barbeito, Nuestra Señora del Rosario, Wenceslao Fernández Flórez y Prácticas. Se pierde el contacto directo por culpa del COVID, como en tantos ámbitos de la vida desde hace diez meses; por un virus que también ha tenido efectos en la actividad diaria de los servicios de emergencia, según cuenta David Hermida, bombero de A Coruña y uno de los organizadores de las jornadas.

La semana de prevención repasaba la actualidad en el sector. ¿Cómo ha afectado el COVID al trabajo de los bomberos estos meses?

Nuestro día a día ha cambiado significativamente, de forma especial en los primeros meses. Desdoblamos el parque, donde convivíamos las 24 horas en turnos, y habilitamos uno satélite en el instituto Calvo Sotelo para separar efectivos y evitar contagios dentro de la plantilla. Después hemos cambiado algunos protocolos de actuación, sobre todo al entrar en viviendas para guardar las distancias de seguridad, o al desplazarnos, con menos gente en el camión y un espacio libre entre cuatro bomberos o con más camiones en cada salida para que vaya más compañeros. Hemos tenido que adaptar nuestra realidad a la situación de la pandemia.

¿Ha cambiado de algún modo el contacto con los vecinos que reclaman sus servicios?

Al acceder a una vivienda, como es normal con la pandemia, se vigilan más las distancias. Si nos llaman los sanitarios porque no pueden entrar para atender a alguien enfermo o herido que no responde, abrimos la puerta y pasan ellos con sus medidas, pero si tenemos que entrar por la fachada, a nuestro equipo de protección individual añadimos un equipo acorde a la pandemia, con máscaras filtrantes totalmente que nos protegen más. En caso de un incendio seguimos utilizando nuestros equipos propios y actuando con agilidad y rapidez.

¿Es más reservada ahora la gente a la que socorren?

Sí que notamos esa reserva al interactuar durante una situación de emergencia. Mantener las distancias es algo que en general respeta todo el mundo desde hace casi un año porque tiene miedo.

¿Qué intervenciones que antes eran menos frecuentes lo son ahora más por el COVID?

Si nos quedamos con cómo ha influido el coronavirus en nuestro trabajo, diría que cada vez nos llaman más los servicios sanitarios por el acceso a un domicilio para auxiliar a una persona. Esto ahora es más rutinario, antes pasaba a veces. Se trata de gente mayor que vive sola, o que está enferma. Son personas que quieren evitar contactos y visitas y prefieren pasar tiempo aisladas. En cambio, intervenciones más comunes de otro tipo, como pequeños fuegos o incendios, son menos habituales últimamente.

Ahora nos pasamos más tiempo en casa. ¿Tenemos que ser más precavidos?

Siempre decimos lo mismo cuando llega el invierno: cuidado con los consumos eléctricos. Primero hay que revisar el mantenimiento de las instalaciones, preocuparse por que la caldera de combustión esté en buen estado para evitar malas combustiones con peligro de intoxicaciones por monóxido, que es algo que desafortunadamente no podemos detectar por el olfato. También pedimos tener cuidado con sobrecargar el consumo, no enchufar cosas de más en una regleta. De todos modos, en la época de máximo confinamiento notamos menos emergencias que en una situación de normalidad, y ahora, que nos acercamos a esa normalidad, tenemos un poquito menos de intervenciones en comparación con años anteriores.

Empiezan las charlas online con los colegios. ¿Qué mensaje transmiten a los niños?

Darles un poco de normalidad. No somos quién de hacerlo porque afortunadamente los colegios son lo que mejor se han adaptado a la nueva realidad, con grupos cerrados y en condiciones que podían parecer complicadas. Lo hacen muy bien y siguen adelante. Les hablaremos de prevención en sus casas y aulas para saber cómo actuar en caso de accidentes y emergencias. Ojalá que pronto puedan venir al parque de bomberos o a la plaza de María Pita, aprender y hacer bromas. Hay que difundir un mensaje de optimismo.