Los colectivos de comerciantes y hosteleros de la ciudad se muestran convencidos de que la persistencia de las actuales restricciones a estas actividades económicas durante los próximos meses se traducirán en una cascada de cierres de negocios ante la imposibilidad de asumir las graves pérdidas que soportan desde hace ya casi un año.

“Hay mucha gente que está cerrando porque no le llega, con las nuevas restricciones y la caída del consumo va a haber una debacle como la que hubo en la primera ola”, afirma José Luis Boado, presidente de la Federación Unión de Comercio Coruñesa (FUCC), quien recuerda que los ERTE han generado un menor consumo y que con las restricciones “la gente sale menos a la calle y hay menos clientes potenciales”.

“En el momento en que esto pase de un mes es insostenible”, declara Héctor Cañete, presidente de la Asociación Provincial de Hostelería, quien destaca que desde el pasado mes de marzo su sector sufrió tres cierres y fuertes restricciones, por lo que “el dinero que tenía de reserva cada uno se va agotando y también la fuerza de la gente, no solo de los empresarios, sino también de los trabajadores”. La federación nacional de esta actividad cifra en el 20% del total el volumen de los locales de hostelería que ya han cerrado de forma definitiva y, aunque Cañete admite que en A Coruña hay menos incidencia que en las zonas turísticas, estima que podría situarse unas décimas por debajo pero que es muy difícil saberlo. “Ni yo mismo sé si estoy abierto o cerrado porque cuando dentro de un mes o mes y medio me digan que puedo abrir ya veremos si puedo hacerlo”, comenta.

“Es necesario un plan de rescate en condiciones, si no, el 20% de cierres se va a quedar corto”, alerta Diego Lis, responsable de hostelería en la Asociación de Emprendedores de Galicia (Ascega), quien también se ha visto obligado a cerrar su negocio tras solicitar un ERTE para sus empleados y trata de reducir gastos manteniendo el local sin actividad durante estos días. “Sabemos que nos va a quedar un rato largo porque los datos son muy malos”, apunta sobre la situación y, aunque entre la veintena de hosteleros de su asociación por ahora no ha habido cierres, advierte de que están “haciendo malabarismos porque las ayudas llegan con cuentagotas”, y que “el nivel general de ánimos en el sector es muy pesimista”.

Boado pone de relieve que hay comercios que habían abierto poco antes de la pandemia “que estaban en precario desde la primera ola y aguantaron un poco por las ayudas pero les es imposible continuar”. Otros han cerrado de forma temporal “porque les resulta más gravoso tenerlo abierto y tienen una caja de resistencia para abrir antes del verano, aunque otros lo harán de forma definitiva”, adelanta el presidente de la FUCC, entidad que ha solicitado al Concello otro plan de rescate similar al aplicado el año pasado “para ayudar a los comercios que quieran seguir trabajando”, así como reducciones de impuestos.

Cañete teme que muchos locales de hostelería “van a cerrar estos días tengan terraza o no porque hay muchos que la tienen y están trabajando al límite, lo poquito que facturan lo necesitan para comer”. Califica la situación como un “drama” porque hay hosteleros “comiendo en casa de sus padres porque no tienen para comer”, ya que las ayudas “solo valen para tener el negocio abierto” y no son indemnizaciones del 70% de la facturación mensual que se conceden en Alemania.

Diego Lis recuerda que muchos autónomos tienen que pagar los créditos ICO solicitados el año pasado pese a que sus ingresos cayeron más del 50% y que los trabajadores sufren retrasos para cobrar el ERTE y solo reciben el 70% del sueldo.

“Preferimos prevenir y que la gente no ande por la tienda”

El fuerte incremento del número de contagios de coronavirus en las últimas semanas hace que algunos comerciantes hayan optado por el cierre temporal de sus establecimientos como medida preventiva. Juegos Besa, ubicado en la avenida de Oza, es uno de los locales que se ha decantado por esta vía para evitar que la enfermedad se cebe con el personal del negocio. “La decisión es propia porque vemos que el aumento de casos es tan grande que preferimos prevenir y que la gente no ande por la tienda”, explica Saúl López, gerente del comercio, quien señala que hay personas que por aburrimiento recorren las tiendas sin ánimo de comprar. “Preferimos vender solo por internet mientras estemos con este auge tan grande de casos, sabemos que tendremos una pérdida económica pero preferimos ser precavidos”, añade López, quien comenta que la tienda cuenta con años de experiencia en internet y que “a la mayor parte de los clientes les ha parecido positiva esta decisión porque hemos dado prevalencia a la salud”. También advierte que el cierre temporal “debe ser una respuesta individual” y que “todo el mundo tiene preocupación porque esto tiende a ser otra vez lo de marzo o similar”, por lo que cree que “hay que ayudar a los hospitales a bajar la presión asistencial”.