El Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria coinciden en comenzar la apertura “gradual” de los muelles al uso ciudadano. El ente portuario advierte de que su “total disposición” en este objetivo debe “salvar unos condicionantes, que no son pocos” y que, en resumen, consisten en “analizarlo con mucha cautela” y garantizar que la apertura pública “sea compatible con la actividad portuaria” y con su plan de protección. “Si hay barcos de pasajeros o mercancías no puede haber personas ajenas a la actividad” resume el Puerto.

La alcaldesa, Inés Rey, desveló ayer su propuesta para esa apertura portuaria a la ciudad. Entre otras medidas, plantea que el transporte público entre por los muelles hasta Palexco, que se abra el espacio portuario situado a espaldas de los jardines de Méndez Núñez, y que se permita el aparcamiento de residentes junto a la lonja, en paralelo a las avenidas de Primo de Rivera y Linares Rivas.

La intención de Rey, según avanzó el Gobierno local en una nota, es liberar “este mismo año” los muelles que antes dejen de tener uso portuario. El Puerto quiere comenzar por el muelle de Trasatlánticos en los días sin cruceros y por el de Batería, donde prevé que se derriben antes de verano los últimos silos en pie.

La Autoridad Portuaria prevé en Trasatlánticos “actividades temporales, vigiladas y controladas, y necesariamente cuando no haya cruceros, incluyendo las 24 horas anteriores, ni actividad portuaria general”. A juicio del Ejecutivo local este muelle debe abrirse a los ciudadanos “cuanto antes, ya que en la actualidad, debido a la pandemia, no hay cruceros”.

En la confluencia de este muelle con el de Batería, a la altura del edificio de La Terraza, Inés Rey propone ubicar la parada del transporte interurbano ahora situada en Entrejardines. Sería cabecera de línea de estos autobuses que, según los planes municipales, dejarían de circular por la avenida del Ejército, Primo de Rivera, Linares Rivas y Cantones para hacerlo por los viales interiores del puerto. “Esta vía cuenta con una verja que impide el acceso a los muelles con actividad portuaria, por lo que no sería necesario hacer ningún tipo de obra”, alega Inés Rey, que defiende que esta medida “evitaría atascos y mejoraría la movilidad”.

También en esa primera fase de apertura “gradual”, Rey plantea que los residentes en las zonas de Primo de Rivera y Linares Rivas puedan estacionar sus vehículos al otro lado de la verja portuaria, en la zona de la lonja. Al limitar el aparcamiento a vecinos, “se puede controlar el acceso”, argumenta la alcaldesa.

Para Batería, propone destinar las naves que queden en pie y vacías a “equipamientos deportivos y a cubierto con una inversión mínima”, con la idea de “habilitarlas en un futuro como salas de conciertos o de exposiciones, y ferias”. El Ayuntamiento plantea retrasar la verja portuaria en la unión de los muelles de Batería y Calvo Sotelo, detrás de los jardines de Méndez Núñez y la Delegación del Gobierno, para abrir al público otros 17.000 metros cuadrados.

En Calvo Sotelo, el Puerto no espera que quede libre de actividad hasta el próximo año, cuando hayan sido derribados los silos de Oleosilos de Galicia y Bunge Ibérica. Mantendrá los de Cementos Tudela Veguín, donde prevé actividades públicas que no ha detallado. Para el Ayuntamiento, las estructuras de mayor tamaño que pervivan constituyen un espacio adecuado para “recinto ferial, sala de conciertos, instalaciones deportivas o incluso espacios destinados a actividades económicas o centros vinculados a la Universidad”.

La alcaldesa avanzó ayer que esta semana convocará a todas las administraciones implicadas en la transformación de la fachada marítima para abordar en una reunión “la desafectación de los muelles, la consecución del tren de Langosteira y la viabilidad del puerto exterior”. A principio de diciembre, Rey envió una carta de invitación a abrir este diálogo al Ministerio de Transportes, Puertos del Estado, Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Xunta y Autoridad Portuaria. El Puerto asegura que ya ha trasladado al Ayuntamiento su “total disposición a abrir los muelles a los ciudadanos”, pero condicionado a que sea “compatible con la actividad portuaria”.