Enero es un mes que la hostelería recibe siempre con reservas, un peaje necesario con el cambio de año para ajustar obligaciones tributarias. En 2021 la cuesta de enero será más empinada para los hosteleros de A Coruña, quienes deberán asumir el pago obligatorio de impuestos para cerrar el último trimestre del año pasado a la vez que verán muy mermados sus ingresos durante las próximas tres semanas por las restricciones a su actividad impuestas por la Xunta. Muchos en el sector acumulan pérdidas importantes desde noviembre, cuando el Gobierno gallego cerró los locales por el segundo aumento serio de contagios de COVID, y los empresarios no saben cuándo y en qué condiciones podrán volver a abrir para recuperar sus horarios y servicios habituales.

Todos los años en enero la hostelería ha de afrontar, entre los días 20 y 31, el pago de las retenciones de las nóminas de sus trabajadores y de los autónomos responsables del negocio y las retenciones por el alquiler de su establecimiento, así como la declaración del resumen anual de las operaciones relativas a la liquidación del IVA. El abono de las retenciones, cuyo montante está normalmente vinculado a la recaudación obtenida en el periodo tributario (estimación directa normal o simplificada), es inaplazable y tampoco se puede fraccionar; el pago del IVA sí admite demora o fraccionamiento si el contribuyente lo justifica debidamente.

Este año la cuantía de los impuestos a pagar será en general más baja que en otros ejercicios, dado que la actividad en la hostelería se ha visto reducida por los cierres temporales o la limitación de servicios y horarios y la facturación de los negocios en el último trimestre de 2020 fue menor. No es consuelo para los hosteleros. “No digo que se nos perdonen estos impuestos, pero por lo menos que se nos permita aplazarlos para abonarlos en un momento mejor. No es lógico que tal y como está la situación nos pidan que paguemos mientras nos mantienen cerrados. Los ayuntamientos y la Xunta están tramitando ayudas, pero el Gobierno central se ha puesto de perfil”, protesta el presidente de la Asociación Provincial de Hosteleros de A Coruña, Héctor Cañete.

De los cerca de 2.000 euros que un hostelero hubiera pagado en enero de los años anteriores por las retenciones por sus empleados y el local, en 2021 tendría que abonar unos 1.000 euros si su facturación de octubre a diciembre se redujo en torno a un 50%. Además, ahora tendría que pagar entre 200 y 300 euros por el resumen anual del IVA, cuando el año pasado pagó alrededor de 1.000 euros. “Aunque la recaudación sea menor, es mal momento para tener que cumplir con Hacienda, con un nuevo cierre ahora recomendable pero que para algunos locales supone un cierre total, sin servicio alguno, durante tres semanas. Nosotros ingresamos como un 60% menos que el año pasado en la misma época”, comenta Xabi Barral, uno de los portavoces de la plataforma Shostalería y socio del negocio La Barbería.

Ha habido también hosteleros que recurrieron durante el año pasado al Instituto de Crédito Oficial para solicitar un crédito ICO para emprendedores y autónomos orientado al fomento de la actividad empresarial por la crisis derivada del coronavirus. Los beneficiarios, al menos, no tendrán que comenzar a amortizar los préstamos hasta el próximo año, después de que el Estado ampliase el plazo de carencia (el tiempo durante el que todavía no se ha de devolver el préstamo) de 12 a 24 meses como máximo.

Para compensar las pérdidas en la hostelería, además de en el comercio y el sector cultural, el Concello llevará al próximo pleno la aprobación de bonificaciones especiales en los recibos del agua y en otras tasas a los autónomos, pequeñas y medianas empresas y micropymes que se vean afectadas por cierres decretados por autoridades sanitarias. El Gobierno local anunció la reducción del 50% a comienzos de diciembre tras pactarlo con Marea Atlántica y el BNG.

Una caravana por las calles para reclamar ayudas

La Plataforma Shostalería ha convocado para mañana desde las 13.00 horas una caravana reivindicativa de vehículos con la que visibilizar los problemas provocados por las restricciones a su actividad que sufren la hostelería y sectores próximos, como los taxis, los proveedores y los mercados de alimentación. Los participantes saldrán en sus coches desde la zona del aparcamiento del Coliseum hacia Alfonso Molina para desplazarse por un carril de circulación a la avenida do Porto, As Atochas, Orillamar, avenida de Navarra hacia la Torre de Hércules, el paseo marítimo y culminar junto al estadio de Riazor. Entre sus reclamaciones, ayudas para afrontar pagos durante los cierres, un plan de rescate al sector y asesoramiento a trabajadores sobre los ERTE y la declaración de la renta.