Disfrutar del deporte es cuestión de actitud. Y si no que le pregunten a un hombre que ayer por la mañana jugaba al golf en Matogrande. Acudió con su material al campo que separa las viviendas de Alfonso Molina, lo que sorprendió a algunos de los vecinos de la zona. Allí se colocó y empezó a golpear bolas. Pero ahí no acaban las curiosidades. Cierto que no tenía hoyos, pero sí una máquina con aire que le devolvía las bolas cuando las lanzaba, para evitar tener que desplazarse a por ellas y continuar concentrado en su swing. La pandemia, ha quedado demostrado, despierta el ingenio de aquellos que quieren seguir disfrutando de sus aficiones.