La Xunta ha autorizado el proyecto arqueológico presentado por el Concello para iniciar las obras del campo de fútbol de Eirís para instalar hierba artificial, alcanzar las dimensiones reglamentarias y dotarse de vestuarios. El Gobierno local había anunciado que los trabajos empezarían este mes, pero faltaba sobre la mesa la aprobación del Gobierno gallego, que da luz verde a la intervención a falta de un proyecto de puesta en valor de los restos arqueológicos. Fuentes municipales aseguran que la elaboración de este documento ya estaba prevista.

La adjudicación de la reforma del campo de fútbol de Eirís se formalizó en el mes de octubre. El proyecto tiene un coste de un millón de euros que será aportado por la empresa Estrella Galicia a cambio de la ocupación del antiguo campo de Agrela 2 para la ampliación de su fábrica, que se encuentra en marcha. El plazo de ejecución es de ocho meses. El Concello, en el momento de su adjudicación, anunció que las obras estarían acabadas en verano, pero los retrasos por temas burocráticos quizá demoren su inauguración.

Con el sí definitivo de la Xunta, el Ayuntamiento prevé iniciar las obras en las próximas semanas, aunque se le ha requerido la presentación de un proyecto de puesta en valor, es decir, un documento que exponga de qué manera se deberán proteger los restos arqueológicos que se hallaron en las prospecciones realizadas antes de iniciar el proyecto en 2017, lo que obligó a paralizarlo. La empresa Arias Hermanos será la encargada de ejecutar unos trabajos que podrán iniciarse cuando se cumpla el trámite que ha solicitado el Gobierno autonómico estos días.

La remodelación del campo de Eirís es una vieja reivindicación de los clubes de fútbol de la ciudad, ya que el existente no cuenta con las dimensiones necesarias para la disputa de partidos oficiales. A eso se suma que la carencia de césped lo convierte en inadecuado para la práctica deportiva. Con estos trabajos, el terreno contará con hierba artificial. También se construirán vestuarios junto al campo.

El Gobierno de Marea Atlántica pretendía comenzar las obras en los últimos meses de su mandato, a principios de 2019. La Dirección Xeral de Patrimonio había ordenado al Concello que modificara el plan para preservar los restos encontrados y, cuando lo hizo, el Ejecutivo de Xulio Ferreiro criticó la demora en la tramitación de la autorización para estos trabajos por parte de la administración autonómica.