Las previsiones del plan Busquets para los muelles de Calvo Sotelo y la Batería situaban en 50.000 metros la superficie edificable en esos terrenos portuarios, en los que se autorizarían edificios que albergarían comercios y oficinas, además de hoteles. Esos inmuebles tendrían hasta nueve alturas y se ubicarían próximos al cantil de los muelles, de acuerdo con las maquetas y diseños presentados en 2006, en pleno auge de la burbuja inmobiliaria, lo que animó a empresas e instituciones a plantearse la posibilidad de optar a adquirir alguna de las parcelas de este espacio portuario.

Esa zona ocupa 64.397 metros cuadrados y con su venta la Autoridad Portuaria se planteaba en 2004 —año de la firma de los acuerdos con el Ministerio de Fomento, la Xunta y el Concello— la obtención de 25 millones de euros para financiar las obras del puerto exterior.

Pero, cuando ya han transcurrido quince años de la presentación de aquella ordenación urbanística, que más tarde se incorporó al plan general de la ciudad elaborado por el propio Busquets, la propuesta elaborada para esos mismos muelles por la Universidade da Coruña a petición del Concello da un giro de 180 grados en ese planteamiento, ya que un edificio de 1.500 metros cuadrados que se situaría cerca del borde del mar en la Batería, en el lugar que hoy ocupa una nave industrial, sería el único equipamiento terciario que se levantaría en la zona.

La propuesta añade que algunos de los inmuebles existentes en esos muelles puedan ser aprovechados para nuevas funciones, pero aclara que todos los que se ubiquen allí estarán destinados a “actividades ciudadanas que pueden ser deportivas, hosteleras o culturales, sobre todo en los antiguos silos de Cementos del Cantábrico”, según detalló a este periódico Carlos Nárdiz, el coordinador del equipo universitario que redactó el documento cuando este se dio a conocer de forma inicial el pasado noviembre.

“Creíamos que era inadecuado”, manifestó Nárdiz sobre la posibilidad de levantar hoteles o centros comerciales en la Batería y Calvo Sotelo, aunque ambos tipos de edificios figuraban en el Plan Especial del Puerto que se redactó en 2008 pero que no llegó a aprobarse,. “Nos parece que la vocación de esos espacios no debe ir por ahí”, añadió Nárdiz sobre esta cuestión, ya que admitió que “puede haber como en Alicante o Málaga unos ciertos aprovechamientos comerciales, pero estudiándolo en detalle para que no transformen el paisaje de los muelles”.

Al margen de ese edificio terciario de la Batería, una nueva estación marítima que se instalaría en el extremo de Calvo Sotelo sería la única nueva construcción prevista en ambos muelles, en los que predominaría el espacio libre y las zonas verdes para prolongar hacia ellos los jardines de Méndez Núñez.

Busquets incluía ya en su plan para el puerto la posibilidad de demoler edificios situados entre los jardines y los muelles, como los de Aduanas, la antigua Comandancia de Marina (hoy delegación del Ministerio de Defensa) y la Jefatura Superior de Policía, pero la propuesta de la Universidade cita ahora los del hotel Atlántico, Los Cantones Village, Portos de Galicia y el de la policía, aunque dentro de una planificación a largo plazo.

El primero de esos inmuebles es de propiedad municipal y está alquilado desde 2018 al grupo Eurostars, que en principio mantendrá su gestión hasta 2038. El segundo forma parte con Palexco de la misma concesión que posee en los terrenos portuarios Sociedad de Fomento y Desarrollo Turístico, que termina en 2031, aunque la empresa menciona en su información financiera que lo hará en 2061 porque el plazo inicial de treinta años puede prorrogarse por otros tantos.

“Palexco y Los Cantones Village fue una intervención que en su momento permitía distintas alternativas y sobre el segundo de ellos estamos estudiando cuál podría ser su futuro en función de la continuidad de los espacios peatonales de O Parrote con los de la Batería y Calvo Sotelo”, señaló Nárdiz acerca del complejo comercial cuando se dieron a conocer los primeros aspectos de este plan.

Una de las cuestiones que deberán despejarse en el futuro es cómo se plasman las propuestas del planteamiento de la Universidade, que el Concello ha decidido asumir en su integridad, si finalmente se alcanza un acuerdo sobre ellas con la Autoridad Portuaria. La normativa urbanística vigente prevé que, una vez que se desafecten esos muelles, trámite que implica que dejarán de tener uso portuario, será necesario elaborar un Plan Especial de Transformación cuyo contenido ya apuntaba Busquets en 2006.