El Concello y la Fundación María José Jove han puesto en marcha un programa para facilitar empleo a jóvenes de 16 a 20 años en riesgo de exclusión y a los que su situación personal, familiar, escolar o social los ha llevado a desvincularse de la formación reglada y de actividad sociolaboral.

La alcaldesa, Inés Rey; la presidenta de la Fundación Jove, Felipa Jove; y la presidenta de la Asociación Participa, María Lemos, firmaron ayer el convenio de este programa de un año de duración con participantes seleccionados por el departamento de Servicios sociales de A Coruña.

Se trata de jóvenes desmotivados con elevado nivel de desestructuración en la organización cotidiana (horarios, obligaciones, tareas y responsabilidades), escasa actividad social y sin formación en un momento “si cabe aún más difícil” debido a las actuales circunstancias propiciadas por la pandemia, explican.

“Este es un nuevo paso en el compromiso firme del Ayuntamiento por los jóvenes y su inserción sociolaboral, en este caso, de aquellos que se encuentran en riesgo de exclusión social, agravada en muchos casos por la pandemia. Chicos y chicas de entre 16 y 20 años que tienen mucho que aportar a la sociedad y para los cuales crearemos itinerarios personalizados”, dice Rey. Para Jove, “una sociedad del siglo XXI no puede dejar al margen a nadie, menos aún a los que serán los adultos del mañana”. “Tenemos la obligación moral de promover la igualdad de oportunidades y dar a estos jóvenes un entorno de apoyo emocional, seguridad y confianza”, señala. En su opinión, en una “situación tan difícil para muchas familias por la actual pandemia, es más necesario que nunca”.

Lemos indica que “el diseño de las actividades, la metodología y el propio desarrollo serán realizadas por educadores sociales, técnicos de integración social y un psicólogo”. “Todos ellos trabajarán para motivar y movilizar a estos jóvenes con un programa que destacará por un método de trabajo individualizado con cada participante”, analiza.

El programa combinará sesiones semanales de pequeños grupos de tres o cuatro personas con intereses comunes, con actuaciones y un seguimiento individualizado; trabajarán en ciclos de tres meses y, al concluir uno, se comenzará con otros jóvenes. En cada ciclo habrá entre diez y doce chicos y se les capacitará laboralmente a través de cursos en competencias básicas de manipulación de alimentos, monitor deportivo, informática básica, cuidadores, elaboración de currículo, preparación de entrevistas laborales, completar estudios básicos o reanudar la formación reglada.