Hace once años que Alfonso González compró su casa en la calle Castaño de Eirís, antes, revisó el plan general para cerciorarse de que no tendría ningún problema en el futuro. En 2009, cuando firmó el contrato, no lo había. Tampoco al año siguiente ni los que vinieron después, hasta el mes de enero del año pasado cuando el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, presentaron las infografías de lo que sería la ampliación del hospital. Entonces, supo que su casa, como tantas otras, desaparecía del mapa.

“Vimos que donde estaban nuestras casas había una explanada de cemento con cuatro arbolitos, y sin explicaciones. Intentamos hablar con ellos, pero no nos decían nada, solo tuvimos una reunión con la alcaldesa, que nos dijo que no hay proyecto aún ni hay nada”, comenta este vecino de Eirís, uno de los afectados por la ampliación del hospital.

Es cierto que el diseño de las nuevas instalaciones sanitarias no se han definido todavía, ya que el concurso en el que se elegirá la idea ganadora está en fase de licitación y no se ha adjudicado, aunque, en el convenio firmado entre la Xunta y el Concello para el desarrollo de la ampliación está recogido que el crecimiento de las instalaciones será hacia el suroeste y no hacia el noroeste —donde está el aparcamiento cubierto y el parque de Eirís— que es lo que reclamaban los vecinos para poder salvar sus viviendas de la expropiación.

Ni a Alfonso González ni a sus vecinos les tranquiliza el hecho de que en este documento esté recogido el compromiso de que las nuevas instalaciones se harán con la mínima afección a las casas ni que les digan que la imagen que borra sus viviendas es solo una infografía, ya que el presidente de la Xunta, en el acto público en el que se presentó la firma del documento, a principios de febrero, dijo que el proyecto se realizaría “exactamente igual” a como se había mostrado en enero de 2020, así que, pocas esperanzas albergan los vecinos de que la adjudicación del proyecto llegue para cambiar ese plan.

Alfonso, como los demás vecinos afectados, no se declara en contra de la ampliación del hospital, aunque considera que hay más opciones que ni Xunta ni Concello han querido estudiar. “Están remendando un hospital que tiene cincuenta años”, lamenta. No fue el único que se llevó una sorpresa el pasado mes de enero, también todos los vecinos de su entorno —algunos, incluso, sanitarios invitados a la presentación— los que llevan toda la vida en Eirís y los que llevan menos de dos años residiendo en su casa recién construida.

“Al principio pensábamos que las infografías eran una cosa rápida, porque iban a ser las elecciones autonómicas y nos preocupamos, pero pensábamos que no era definitivo”, relata este vecino que, como antiguo trabajador de la fábrica de armas, hubiese preferido que el hospital se fuese para este enclave en el que pasó “toda la vida”. Finalmente, la ubicación elegida fue la actual, para hacer un hospital “en espejo”, una solución que no convence a los vecinos de ningún modo.

“Nosotros decimos que lo hagan en la zona del parque, que no hay viviendas, hay una parcela vacía un poco más abajo. Esa ubicación sería idónea porque los pacientes tendrían vistas y no lo que pretenden hacer, que es un bloque frente a otro bloque. Dicen que se basan en estudios técnicos, pero no entendemos por qué van a afectar a tantas viviendas si tienen opciones para no perjudicar a nadie”, comenta González y, ahora, a la certeza de que algunas de las viviendas van a ser expropiadas, suman la incertidumbre de no saber cuáles ni para qué ni por cuánto dinero. Para eso, tendrán que esperar.

El secretario xeral de Podemos Galicia, Antón Gómez-Reino, y la concejala no adscrita y militante de Podemos, Isabel Faraldo, acompañaron la semana pasada a los vecinos en sus reivindicaciones para tener un nuevo hospital, pero no tal y como está planteado.