Cuando la intención es ayudar, la distancia no importa. Lo ha demostrado la ONG coruñesa Participa para la Inclusión Social que, junto a la Diputación y la Fundación María José Jove, ha llevado a 63 entidades su programa de estimulación y desarrollo cognitivo a través de arte para niños y adultos con diversidad funcional. “Llevamos once años utilizando el arte como herramienta de inclusión”, cuenta la presidenta de la asociación, María Martínez Lemos.

En 2019, la ONG decidió llevar sus iniciativas al mundo virtual para llegar a más gente. “No es lo mismo que dos técnicos vayan, por ejemplo, a As Pontes, a que hagamos las actividades desde nuestra sede y podamos atender en una mañana a cuatro o cinco entidades”, explica. Lo que Participa para la Inclusión Social no se esperaba es que, en cuestión de días, el mundo se pusiese patas arriba por el coronavirus. “No tuvimos que adaptarnos porque es un camino que ya habíamos iniciado. Pudimos seguir con nuestra actividad de una forma más eficaz y eficiente”, recuerda.

Esta forma de trabajo “no solo es para este año” de pandemia, sino que se mantendrá en el futuro. “Tanto nosotros como las entidades entendemos que esta es una forma muy óptima de hacer la actividad, lo que asegura que el programa llega a las 63 entidades de la provincia que atienden a personas con diversidad funcional”, apunta.

La iniciativa, centrada en el arte, con obras de la colección de la Fundación María José Jove, ayuda a los usuarios en su “entrenamiento cognitivo y emocional”.

Hay actividades de agudeza visual, en la que los participantes tienen que buscar objetos o colores de una obra, y pequeños monstruos diseñados por la ONG que muestran las emociones, para poder relacionarlos con las obras. “También hacemos un bingo con las piezas de arte”, añade Lemos.

Para que este programa se pueda llevar a cabo de forma virtual, Participa para la Inclusión Social se pone en contacto con las entidades, les envía el material e incluso se conecta por videoconferencia en algunas sesiones. “Esto hace que para las entidades sea más fácil, ya que con la atención diaria les suele quedar poco tiempo para el ocio saludable, que es muy importante”, reflexiona la presidenta de la asociación, que expone que esta iniciativa “cuenta mucho, sobre todo en este momento de reclusión”.

Para ayudar a todos los usuarios, la ONG tiene actividades “de varios niveles”, ya que colaboran con centros con usuarios que tienen enfermedades mentales, autismo o deterioro cognitivo.

“Partimos de una valoración funcional y enviamos el material ya adaptado a cada persona”, detalla María Martínez Lemos, que esta misma semana mantuvo una reunión con la diputada responsable del área de Bienestar Social de la entidad, Ana Ramas, para analizar el progreso del programa, que nació hace ya nueve años y “nunca paró”.