El inicio de la desescalada en la ciudad y el buen tiempo desbordó las terrazas, sin una silla libre y excediendo algunas de ellas el 50% permitido por la Xunta. La Policía Local notificó el viernes, el día en el que la hostelería, tras un mes de restricciones, pudo abrir los establecimientos para atender a los clientes hasta las seis de la tarde, dos denuncias a sendos locales, uno por exceder del horario de cierre y otro por permitir el consumo en el interior. En total, los agentes impusieron 44 denuncias por infringir las limitaciones. Los demás motivos fueron no hacer uso de la mascarilla (35), fumar en movimiento o sin la debida distancia de seguridad (7) y estar en la calle más allá del toque de queda (7).

Todas las dotaciones y patrullas de la Policía Nacional también recorren desde ayer las cafeterías y bares de la ciudad, donde se paran y se hacen ver para dejar constancia de cada control en el parte de intervención con el nombre del local, la dirección, la hora de inspección y las incidencias observadas, así como un reportaje gráfico siempre que sea necesario para demostrar las reincidencias. La Jefatura Superior de Policía de Galicia ha dado la orden de realizar el mayor número posible de controles de los establecimientos. Salvo que se cometan infracciones claras a la normativa, la función será informativa, al menos hasta el 5 de marzo. Pero cuatro sindicatos policiales emitieron ayer un comunicado en el que cuestionan esta orden. Los agentes consideran que el aumento de funciones puede ocasionar “falta de eficacia debido a la escasez de personal”, ya que apuntan que las unidades están por debajo del 80% de efectivos, y critican que se les pida una función que no les corresponde, la de hacer fotografías. “Estas medidas sin sentido nos reafirman en la impresión de que las autoridades desconocen nuestra situación y nuestras funciones”, denuncian los sindicatos.

El despliegue de terrazas afectó también a una ambulancia del 061 que tenía que recoger a un enfermo de COVID en la calle de la Estrella. Los técnicos denunciaron que nadie se apartó y no pudieron acceder a la puerta teniendo que trasladarlo por la calle hasta el vehículo.