Fin de semana y sol, combinación clave para disfrutar de la calle, ya que desde el viernes es posible hacerlo con alguna restricción contra el COVID menos. Las playas de la ciudad atrajeron a paseantes, surfistas, algún atrevido bañista y usuarios deseosos de coger un poco de color en el rostro. Las rocas y la arena recibieron a no pocos coruñeses, especialmente por la mañana con la marea baja. La hostelería respiró aliviada tras un largo periodo de cierre desde que empezó el año pese a poder abrir solo sus terrazas y hasta las seis de la tarde, pero ayer se advirtieron actitudes más responsables en los negocios para evitar contagios, como por ejemplo, la señalización de mesas y sillas con precintos junto a otras que sí se pueden ocupar, como la Consellería de Sanidade se ha esforzado en comunicar. De ese modo, hubo muchas terrazas llenas, aunque para mayor seguridad no con la totalidad de plazas disponibles.