Si el hidrógeno pasa por un proceso de descarbonización, se transforma en hidrógeno verde. Así se denomina esta tendencia ecológica que tiene como fin la reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera. El Puerto de A Coruña planifica su compromiso con el hidrógeno verde a través de un proyecto promovido por las compañías Enagás y Acciona en las instalaciones de punta Langosteira. La iniciativa consiste en la construcción de una planta de electrólisis, procedimiento por el cual se separa el hidrógeno del oxígeno por medio de la electricidad para generar energía sin emitir dióxido de carbono: se obtiene por tanto hidrógeno verde.

El proyecto en A Coruña, para el que se buscaría financiación con los fondos europeos de reconstrucción, está en fase inicial, apuntan fuentes próximas al mismo; las empresas implicadas, consultadas por este periódico, guardan silencio, al igual que el Puerto. Enagás y Acciona impulsan de manera conjunta un plan parecido en Baleares llamado Green Hysland, que apuesta por la generación, almacenamiento y distribución de hidrógeno renovable a partir de energía solar. Cuenta con el apoyo de los ministerios de Industria y de Transición Ecológica y a finales del año pasado se convirtió en el primer proyecto de hidrógeno verde de un país mediterráneo seleccionado para recibir financiación europea, diez millones de euros, según informó Acciona.

También Enagás, junto a Naturgy, presentó a comienzos de 2020 en la Comisión Europea el proyecto Green Spider, centrado en una planta de electrólisis en el puerto de El Musel en Gijón para fabricar hidrógeno a partir del agua y alimentada con la energía producida por aerogeneradores flotantes y en otro parque eólico terrestre; la iniciativa movilizaría unos 1.500 puestos de trabajo. El plan de la misma compañía y de Acciona en Langosteira se diseña también con la instalación de aerogeneradores en el dominio marítimo portuario para aprovechar la energía eléctrica generada y transformar agua en hidrógeno.

A Coruña entra en los planes de descarbonización a través de la generación de hidrógeno verde gracias a otros proyectos potenciados por Endesa y Naturgy, empresas que han cerrado o están a punto de cerrar sus centrales de carbón en As Pontes y Meirama respectivamente, y que trabajan con proyectos para fabricar hidrógeno renovable en la comunidad. Sus planes están vinculados a la construcción de parques eólicos con los que alimentar procesos químicos de descomposición, aunque su ejecución está supeditada a la obtención de fondos europeos. También apuntan a la instalación de plantas de producción de hidrógeno verde para ser usado en los campos de la industria, en la movilidad como combustible y en la red de gasoductos. El hidrógeno renovable se puede aplicar, como se prevé en el proyecto de Baleares, en la generación de energía para edificios públicos y comerciales.

Repsol también ha apostado por la producción de hidrógeno renovable a partir del biogás generado por residuos urbanos y de biocombustibles procedentes de materias primas sostenibles y de desechos orgánicos. La petrolera promueve este proceso en la refinería de A Coruña y a través de la Xunta pretende obtener financiación de la Unión Europea con los mismos fondos, Next Generation, a los que acudirían Enagás y Acciona para su proyecto de fabricación de hidrógeno verde en el puerto exterior.