Confiesa Inés Rey que no duerme bien desde hace un año, desde que el coronavirus se unió a las presiones que conlleva su cargo. La ciudad y el Gobierno que dirige tuvieron que adaptarse a una nueva realidad y a gestionar en la medida de sus posibilidades y competencias la recuperación de los sectores más castigados por la pandemia. En este año de COVID el Ejecutivo local también ha experimentado cambios y la relación con la oposición pasa ahora por momentos de tensión, especialmente con Marea Atlántica y PP. La alcaldesa insiste en un término, “diálogo”, como elemento definidor de un mandato que se acerca al ecuador, diálogo que hoy cuestionan otros grupos de la Corporación.

¿Cuántas veces le ha quitado el sueño la pandemia este año?

Doce meses. No he vuelto a dormir bien por la presión, la preocupación, el miedo y porque en el confinamiento se me debieron de alterar los biorritmos. Pero el sueño ya me lo quita la responsabilidad diaria sin pandemia.

¿Con qué dificultades se encontró el Gobierno local para asumir las exigencias que causó el virus?

Con incertidumbre. Nadie en ningún gobierno tenía un manual de instrucciones. Tuvimos que improvisar cómo gestionar una pandemia. Confieso que hace un año, en las primeras horas, creía que el confinamiento iba a ser de quince días o tres semanas. No era consciente de la magnitud que tenía esto y de todo a lo que tendríamos que hacer frente. Un ejemplo: la ORA seguía funcionando con todo el mundo en su casa y nadie sabía si se podía bajar a la calle a cambiar el tique, no habíamos pensado qué hacer, así que tuvimos que suspender el contrato.

En un año ha habido casi 6.000 denuncias por infracciones de las medidas anti-COVID en la ciudad, 16 al día. ¿Fue mejorable el comportamiento de los ciudadanos?

En general ha sido un comportamiento ejemplar. El porcentaje de sanciones es pequeño en relación a la población. La mayoría ha cumplido las medidas sanitarias, algunas durísimas y en circunstancias complicadas. Ha habido sanciones, pero no en un número excesivo. Repito, estoy orgullosa de dirigir una ciudad donde se han cumplido las normas.

De los sectores que más están sufriendo, ¿cuál cree que le va a costar más recuperarse?

Me preocupan todos los sectores: hostelería, comercio, el sector cultural, los empresarios de la noche, los autónomos, las pymes que empezaban a andar o tenían una trayectoria consolidada, quienes están en ERTE, las personas que nunca antes se habían visto en situación de vulnerabilidad y no pensaban que acudirían a los servicios sociales… Es una preocupación global y la salida a esta crisis debe ser también global.

“El puerto no se puede utilizar para intentar dejar de lado a una administración de otro color” 


“Yo no estoy aquí para colgarme medallas, pero algunos anteponen intereses partidistas y personales”


La alcaldesa convocó el pasado 23 de febrero en la ciudad a representantes del Ministerio de Transportes, Puertos del Estado, Adif, Xunta, Diputación y la Autoridad Portuaria para abordar con el Ayuntamiento soluciones a los principales asuntos pendientes que tiene el Puerto coruñés: la conexión ferroviaria, la deuda por la construcción de la dársena exterior y la reordenación de los muelles urbanos. Inés Rey reitera, ante las críticas de la oposición municipal por la ausencia de plazos y de medidas concretas, que la cumbre sirvió para desbloquear el futuro del Puerto.

Los asuntos relacionados con el Puerto y los muelles parecen una carrera de fondo en la que no se ve la meta. ¿En qué fase nos encontramos?

En una fase importantísima, la del desbloqueo tras 17 años en los que las administraciones públicas implicadas no se han sentado a hablar del Puerto. Se está hablando mucho y hay muchísimo ruido, y creo que hay que pasar de las musas al teatro. Yo he convocado a las administraciones a sentarnos a la mesa y han venido todas. Desde el 23 de febrero se produce el deshielo y a partir de ahí se habla de todo. En tres horas no se arregla lo que no se ha hecho en 17 años, pero sí se dan unos primeros pasos con los que todos empezamos a trabajar en asuntos que estaban bloqueados. Ahora ya ninguna administración se baja del tren. No sé si estamos al principio o en mitad de la carrera, desde luego estamos en las vías del diálogo y la solución, por las que antes nunca nadie había transitado.

Esta semana el ministro José Luis Ábalos anunció tras la reunión con Alberto Núñez Feijóo que el tren se va a construir. ¿Le molestó que el ministerio no lo confirmase ya en A Coruña?

Este anuncio es absolutamente positivo para la ciudad, que es lo que me preocupa. Yo no estoy aquí para colgarme medallas, al contrario de lo que pretenden o pretendieron hacer algunos. El anuncio del ministro confirma lo que dijimos en febrero, no ha dicho nada diferente. ¿En qué se ha apartado? A lo mejor es que algunos anteponen sus intereses partidistas y personales a los de la ciudad. Repito, yo no necesito atribuirme el mérito. El puerto no se puede utilizar como lucha partidista ni para intentar dejar a una administración de lado porque no es del mismo color.

Usted, como Núñez Feijóo, han pedido la condonación de la deuda, y el Estado dice que eso es imposible. ¿Habrá que referirse a partir de ahora a “rentabilizar activos portuarios”, como se ha planteado, para dar solución a la deuda?

El Gobierno central anunció una moratoria hasta 2035 que nos abre un horizonte de soluciones a la deuda del Puerto. En eso se va a trabajar en la comisión de la que hablamos en febrero.

¿Rentabilizar activos concuerda con el interés de la Xunta por aportar dinero para cambiar por derechos de edificación en los muelles, como dijo el presidente esta semana, y que el BNG y Marea interpretan como intereses urbanísticos?

Eso tendrá que preguntárselo a la Xunta.

¿El Gobierno local se opone a vender suelo en los muelles para edificar?

Se tratará en su momento, en esa comisión de trabajo. Vamos a centrarnos en la reformulación de los convenios de 2004, que no sirven y hay que actualizarlos, y en la redacción de un nuevo protocolo y un convenio.

¿Coincide el Gobierno municipal con las propuestas del estudio estratégico que el encargó a la Universidad sobre la reordenación de los muelles?

No sé en qué grado coincidimos. Hay cosas que nos parecen positivas y óptimas y en las que en adelante se puede trabajar con las demás administraciones.

¿Por ejemplo?

Hay que contextualizar, porque hablamos de zonas que se pueden desarrollar en un periodo de 15 o 20 años, con propuestas a largo plazo. Se trata de establecer un borrador o marco en el que trabajar con distintas aportaciones.

Algunos de esos sectores se sienten criminalizados u olvidados y han criticado la gestión que hace el Gobierno local de las ayudas prometidas. ¿Entiende esa postura?

Entiendo todas las críticas que hagan al Gobierno municipal, las tengo que aceptar. Unas son razonables y otras pueden no serlo en algún momento. Pero quiero que se valore lo que hemos hecho, incluso en ámbitos que no eran de nuestra competencia. Sacamos, por unanimidad en la Corporación, un plan de rescate, el Presco, y pusimos por delante los intereses de los ciudadanos por delante de los partidistas. Ojalá tuviera un botón mágico con el que las ayudas se otorgasen automáticamente y todo el mundo estuviera satisfecho. Pero hemos sacado un plan de 13,2 millones con ayudas directas, un plan ambicioso. Sacamos bonos de comercio y de hostelería, repetimos los bonos para librerías. Asumo la lentitud administrativa que en algún momento hubo, nos hubiera gustado ir más rápido. Pero otros empresarios nos han agradecido las ayudas estos meses.

Se prometió un nuevo plan Presco a finales del año pasado. ¿Por qué todavía no está listo?

Me gustaría solucionarlo con un clic, pero no todo va tan rápido. Se ha pasado el primer borrador a los grupos y estamos a la espera de sus aportaciones porque queremos que el Presco se apruebe otra vez por unanimidad. Habrá una nueva reunión la próxima semana.

“La política de verdad es poner puntos en común y limar diferencias”

¿Ha abierto la pandemia, pese a sus males, oportunidades a la ciudad, ventajas urbanísticas?

Ha forzado cambios que en una situación normal habrían llevado más tiempo, los más destacados los referidos al espacio urbano y la recuperación de espacios para los ciudadanos. En la desescalada nos vimos en la necesidad de tener más espacio del que teníamos, más seguridad para garantizar la distancia social del ciudadano, no del peatón. Se han hecho definitivas peatonalizaciones como las de Alcalde Marchesi y Compostela. La pandemia también ha acelerado la movilidad blanda, Coruña 30, o el carril de corredores, o el trazado de la ronda peatonal. Se trata de una humanización de la ciudad.

¿Qué planes ha impedido desarrollar el COVID?

Hemos tratado de no parar la maquinaria municipal mientras nuestros esfuerzos presupuestarios han tenido que hacer frente a la emergencia sanitaria y social. De un día para otro todos los funcionarios estaban trabajando en su casa con un rendimiento excelente.

En este año de pandemia ha habido cambios en el Ejecutivo. ¿Por qué asume Cultura?

En septiembre delegamos competencias y asumí las de Cultura porque son un eje fundamental en la política del Gobierno local. A Coruña siempre ha sido un referente en políticas culturales, en vanguardias, y de unos años para aquí parecíamos haber perdido ese impulso. Poner el área de Cultura directamente en la Alcaldía le da la importancia que tiene. Queremos mantener una cultura viva y segura con un sector que se ha estigmatizado injustamente y al que hay poner en valor como motor económico.

¿Por qué cambió a concejales de competencias?

Son circunstancias habituales en cualquier gobierno, ajustes para responder a necesidades de la ciudad.

Incorporaron una edil, Mónica Martínez, que dejó Ciudadanos, ¿pero persisten las dificultades para gobernar en minoría?

Estamos en minoría desde junio de 2019 y con este gobierno en minoría, de los 101 asuntos que han pasado por pleno, 100 han sido aprobados, muchos sin votos en contra y por unanimidad. No soy de dar números, pero estos quiero darlos por lo que implican. Esto quiere decir que hay un gobierno que dialoga y acuerda asuntos. Es un balance positivo de lo que es el consenso. Esto no se veía desde hace mucho tiempo y a lo mejor alguien tiene la tentación de desvirtuarlo. Estar en minoría es trabajar para que las cuestiones importantes sean aprobadas. Y no hay confrontación, sino diálogo permanente.

La oposición en cambio acusa a su gobierno de no dialogar. ¿Se ha estropeado la armonía que había al comienzo de la pandemia?

No por parte del Gobierno municipal. Entiendo que la oposición tiene que hacer su trabajo y buscar su hueco. Yo al Partido Popular le deseo que encuentre su camino. Han pasado 20 meses, su candidata se marchó de un día para otro, llevan tres portavoces, un día se levantan centrados y al siguiente hacen gala de un populismo exacerbado. Los coruñeses se merecen una oposición constructiva y admito sus críticas, las fundamentadas, porque ayudan a mejorar. Los grupos saben que las puertas del Gobierno local están abiertas.

“Estar en minoría no ha lastrado nuestra actividad, y no hay confrontación”

Los grupos le reprochan que no haya presupuesto en 2021 y que ni intentara dialogarlo. ¿Va a ser más difícil pactar para aprobar cambios en las cuentas prorrogadas?

Es lo que hay que hacer, pactar. No se trata de que lo vea más fácil o difícil. Estamos para sacar cuestiones relevantes para la ciudad. Con mayoría absoluta es más fácil gobernar, pero estamos en minoría y hay que llegar a consensos. Ahí está la política de verdad: poner puntos en común y limar diferencias.

El PP les acusa de actitud dictatorial por no dejar debatir enmiendas en el pleno de los convenios a entidades y un informe del secretario municipal dictamina que la alcaldesa debió permitir esas enmiendas. ¿Por qué no lo hizo?

¿Usted ha leído el informe? Tomé una decisión en el ejercicio de mis competencias.

Pese a este choque, hoy parece que se entiende mejor con el PP que con Marea. ¿Por qué falla el pacto a la coruñesa?

Reitero nuestra disposición al diálogo permanente. Firmamos acuerdos de mandato con las fuerzas de la izquierda y seguimos en esa línea, no nos hemos movido de esa posición.

¿Son difíciles de asumir compromisos pactados con Marea y BNG?

Son acuerdo de mandato y estamos en la mitad de mandato.

A corto, medio y largo plazo.

Algunos se han firmado y cumplido, hace poco la ordenanza del gallego, o la gratuidad de las escuelas infantiles. Repito, son acuerdos de mandato, y con una pandemia.

En pandemia anunció un proyecto de transformación urbana en Los Cantones. ¿Es su gran proyecto de mandato o hay otros?

No estamos en esa fase de la política de limitar un mandato a un gran proyecto. Los Cantones es un proyecto presentado, pero nuestro modelo de ciudad no se limita a una obra importante y bonita que cambiará el centro. Apostamos por actuaciones de humanización en todos los barrios y apuntamos a objetivos sociales, culturales y medioambientales, sin olvidar que hay que reactivar económicamente la ciudad. El objetivo del mandato es una obra general.