Tras años sin llama y con el pebetero en funciones de basurero más que de soporte de un fuego, al espacio que debería guardar la llama eterna le salió ayer una improvisada sustituta. Un pequeño fuego se generó en una papelera ubicada junto al hueco de la llama no tan eterna como su popular nombre lleva a pensar. La humareda que salía de la papelera llamó la atención de algunos transeúntes que se encontraban en la zona próxima al soporte, ubicado en la parte frontal de la estatua de María Pita. Una mujer echó un líquido en la papelera que acabó con el pequeño y breve fuego, de modo que la heroína coruñesa volvió a quedarse sin fuego que la ilumine.