El activista y vecino de Elviña, afectado por el desarrollo del polígono residencial de Xuxán, falleció el pasado domingo. Cara conocida del movimiento vecinal, Trillo formaba parte del grupo de residentes originales del barrio en el que se proyectó el entonces llamado parque ofimático, en principio, un desarrollo de oficinas para la Universidad, en realidad, un barrio residencial. Se convirtió en promotor de las obras sin querer serlo y, entonces, comenzó su lucha y la de los vecinos que, como él, querían mantener sus casas en pie. Entonces, llegaron los desahucios y las demoliciones, llegaron los cinturones policiales, las cargas, las protestas de día y de noche, como cuando se reunieron en la que era la parcela de la vivienda de Álvaro Corral para evidenciar que, un año después, nada había cambiado, y su activismo se convirtió en su día a día, especialmente, los viernes, en el puente de Alfonso Molina, a las dos de la tarde, con la pancarta de Elviña non se vende, donde los coches le saludaban con el claxon. “Siempre estaba para lo que hiciese falta”, así lo recordaban en redes sociales los compañeros del Centro Social A Comuna, que seguirán con su lucha.