La Autoridad Portuaria inició ayer el desmontaje de los silos que la empresa Bunge poseía en el muelle de Calvo Sotelo, donde solo permanecerán los situados detrás de ellos que fueron usados por Cementos del Cantábrico y a los que se pretende dar una nueva vida con la reordenación urbanística de los terrenos del puerto que queden liberados. Tras la apertura al público de Trasatlánticos el pasado fin de semana, antes del verano se hará lo propio con el muelle de la Batería, mientras que habrá que esperar al próximo año para que se abra Calvo Sotelo.

El futuro del muelle de San Diego es, por ahora, incierto.