La Audiencia Provincial de Madrid juzgará el próximo 10 de diciembre al artista coruñés Enrique Tenreiro por la pintada que efectuó sobre la lápida de la tumba de Franco en el Valle de los Caídos el 31 de octubre de 2018, donde dibujó una paloma de la paz y el lema “Por la libertad”. La Fiscalía le acusa por este hecho del delito contra la libertad de conciencia por el que le solicita una condena de un año de prisión. El Ministerio Público reclama además el abono de 323 euros por el coste de la limpieza de la lápida y de 510 euros por las entradas al recinto que habían sido pagadas y que tuvieron que ser devueltas, cantidades que reclama Patrimonio Nacional, personada como acusación particular.
También lo está en esa condición la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos, que propone dos años de cárcel por los delitos contra la libertad de conciencia, además de otros cinco meses por un delito de profanación y daños en tumba. La defensa, ejercida por el abogado Iván Núñez Amor, niega la existencia cualquier tipo de delito y solicita la libre absolución.
El escrito de acusación menciona que Enrique Tenreiro actuó “con evidente desprecio hacia los sentimientos religiosos de los presentes” y movido por su “concepción sociopolítica” de la libertad”. El artista mostró ayer su satisfacción por la eliminación de la acusación del delito de odio que se le atribuía durante la instrucción, así como del de contra los sentimientos religiosos, sobre el que declaró ante la jueza que actuó antes del inicio de la misa para no perturbarla.
“Me sorprenden las penas elevadas que pide la Asociación de Defensa del Valle de los Caídos y que le juzgue la Audiencia, porque solo podría recurrir al Tribunal Supremo”, declaró, aunque negó tener miedo a una condena y se mostró “tranquilo” sobre el desenlace del juicio. De los hechos dijo que no siente “arrepentimiento ninguno” y sentenció: “Después de mis hijos es lo mejor que hecho en esta vida”.
