El Real Club Náutico de A Coruña eliminará dos puntos de vertido detectados por el Plan de Control de Vertidos en septiembre de 2017, según consta en el proyecto de acondicionamiento de sus instalaciones para la solicitud de una nueva concesión de ocupación de instalaciones portuarias. El proyecto se puede consultar en la se de la Autoridad Portuaria, ya que está en periodo de exposición pública. Augas de Galicia tuvo conocimiento hace ya más de tres años de la existencia de estos dos puntos de vertido no autorizados, de modo que requirió la subsanación de esta situación, que se prevé ejecutar ahora.

“El primero de ellos se corresponde con la recogida de aguas pluviales y residuales procedentes del lavado de barcos en la explanada sur de las instalaciones”, especifica el estudio elaborado por Eptisa para el Náutico. El segundo —según consta en el texto— “recoge aguas pluviales procedentes de una serie de sumideros existentes a lo largo de la explanada norte, así como las aguas procedentes de las cocinas y baños de las instalaciones interiores del club”. Para poner solución a estos vertidos que acaban en el mar será necesario concentrar todas las aguas contaminadas de la instalación en un único punto y acometer después su conexión a la red de saneamiento municipal.

En total, el proyecto planteado por Eptisa asciende a casi 196.000 euros y tiene como objetivo reformar las instalaciones existentes, con obras como la eliminación de barreras arquitectónicas en el edificio, la impermeabilización de terrazas y cubiertas, así como la reparación de la explanada de operaciones y varada que, actualmente, está “en muy mal estado de conservación”.

Las obras incluyen la instalación de un nuevo pantalán de espera flotante paralelo al de operaciones y varada, dentro de la ocupación de las aguas portuarias, y la reordenación de los pantalanes existentes para cumplir con las distancias mínimas que exige la normativa actual, es decir, los espacios que ocupa la plataforma flotante para vela ligera entre las dos líneas de amarre que existen actualmente. Para la rehabilitación de la explanada de operaciones, de unos 858 metros cuadrados, el estudio prevé cambiar el firme actual y poner uno nuevo de hormigón, aunque propone que, antes, se realicen estudios para conocer las razones por las que está en tan malas condiciones y si existen patologías asociadas a esta situación.

En los pantalanes se mantendrán dos líneas de amarre para embarcaciones deportivas o de recreo, ambas de 116 metros de largo. En total, podrán albergar 105 embarcaciones: 57 de ellas de seis metros de eslora —todas en la misma línea de amarre—; 42 de ocho metros y seis para barcos de doce metros de eslora. La cabeza pivotante de una de las grúas también tendrá que ser sustituida, por su actual estado de corrosión, según consta en el proyecto.

Para adaptar la sede de la escuela de vela a la actual normativa de eliminación de barreras arquitectónicas, se cambiarán dos de las puertas existentes en la planta baja del edificio, la de salida del inmueble y la del acceso a los baños. Se ejecutarán reformas también en el interior, en la terraza y la cubierta, para reparar su impermeabilización.

Las fisuras en el hormigón de la fachada, el saneamiento y repintado de las superficies de acero en la escalera exterior, la sustitución de los techos suspendidos exteriores de madera, el pavimento del pañol, que se encuentra “en un estado muy deficiente” debido a la pérdida de material, y el acuchillado y barnizado del acabado en madera de las escaleras y de los pavimentos de la cafetería también entran en las actuaciones a acometer en la sede del Náutico, como la impermeabilización de los vestuarios y aseos.

El Náutico plantea también la colocación de un tabique móvil en el espacio de aulas y gimnasio, de la primera planta, para poder dividir la estancia según las necesidades del momento; y la división del salón cafetería con la colocación de una nueva carpintería transparente para partir el espacio, aunque sin perder su continuidad.