La mejora de la línea ferroviaria entre A Coruña y Ferrol fue uno de los asuntos planteados ayer por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, al ministro de Transportes, José Luis Ábalos, con el fin de que se complete la planificación del tren en todo el Eje Atlántico. Ábalos se comprometió a estudiar esta petición del Gobierno gallego, que pretende que la renovación de la línea no afecte solo al servicio que se presta con la capital provincial, sino también a los servicios de media y larga distancia.

La propuesta de Feijóo se produce semanas después de que el Eixo Atlántico, la organización de ciudades de Galicia y el Norte de Portugal, presentase un estudio que defiende la inversión de 730 millones para renovar la línea entre A Coruña y Ferrol, de forma que los 66 minutos que ahora se tardan en hacer ese recorrido se reduzcan a 40. La iniciativa recibió el respaldo del alcalde ferrolano, Ángel Mato, y de su homóloga coruñesa, Inés Rey, quienes consideraron prioritario ese proyecto para cambiar el modelo de movilidad en el norte de la provincia.

El planteamiento de ese estudio, elaborado por el profesor de la Universidade da Coruña Miguel Rodríguez Bugarín, parte de que la línea que ahora sigue el borde de la ría para llegar a Betanzos sea sustituida por otra que se iniciaría en Uxes. Ese mismo trazado fue apoyado el jueves en el pleno municipal por el concejal de Movilidad coruñés, Juan Díaz Villoslada, quien además señaló que la línea que quedaría en desuso debería ser aprovechada para prestar un servicio de cercanías en el área metropolitana.

Esta última idea figura en el informe encargado por el Concello a la Universidade coruñesa sobre el futuro del puerto, en el que se propone sustituir el tendido actual por uno de vía estrecha para implantar un servicio que debería ser ofrecido por una empresa al margen de Renfe.

La única actuación prevista por el momento entre A Coruña y Ferrol es el baipás de Betanzos, que eliminaría la marcha atrás que deben dar los trenes al llegar a Infesta. Esa actuación, que comenzará en 2023 según las previsiones actuales, únicamente reducirá entre 6 y 7 minutos el tiempo de viaje entre las dos ciudades, por lo que el autor del estudio sobre la línea se decanta por reformar todo su trazado para conseguir una disminución notable.

Alfonso Molina

En la reunión entre Ábalos y Feijóo, el presidente de la Xunta mencionó la ampliación de la avenida de Alfonso Molina como una de las actuaciones pendientes de realizar antes del traspaso de la gestión de la AP-9, ya que la concesionaria de la autopista debía ejecutar esa obra en compensación por el aumento de peajes y finalmente se negó a hacerlo por un conflicto con el ministerio, que garantizó que se encargaría de financiarla.