El mayor de los muelles que quedarán sin actividad en los próximos años, San Diego, ve aplazado su futuro en la propuesta de la Xunta, ya que plantea que la comisión de seguimiento del convenio, en el caso de que llegue a firmarse, debe proponer antes de seis meses un acuerdo que sustituya a los convenios de 2004 que preveían la venta de los terrenos portuarios para pagar las obras de punta Langosteira. Según la iniciativa del Gobierno gallego, el nuevo pacto deberá “favorecer al máximo el mantenimiento de la titularidad pública de los espacios portuarios”, por lo que no garantiza que todos la conserven. Por eso añade que este objetivo debe ser “compatible con la necesidad de obtención de recursos para la financiación del puerto exterior”.
El presidente de la Xunta declaró el pasado 27 de marzo que los terrenos de San Diego deberían ser dedicados a la construcción de viviendas, de forma que su venta contribuyese a reducir la deuda portuaria. La ordenación urbanística de este muelle queda también pospuesta, según el plan de la Xunta, ya que hasta 2027 están vigentes las concesiones de las empresas asentadas allí, entre ellas la de Repsol, cuya actividad industrial obligará además a descontaminar los terrenos mediante un largo proceso. De acuerdo con la iniciativa presentada al Concello y el Ministerio de Transportes por Feijóo en la reunión de Santiago, el espacio destinado ahora a actividad portuaria y ferroviaria debería integrarse “en la ordenación urbana de la ciudad”.
Los convenios de 2004 para la financiación del puerto exterior defendían la eliminación de toda la actividad económica y de transportes en San Diego para dejar paso a la construcción de viviendas. De acuerdo con la edificabilidad que el plan general concedía a estos terrenos, sería posible levantar en torno a 4.000 pisos, ya que esta ordenación fue elaborada en los tiempos del bum inmobiliario.
El estudio encargado por el Concello a la Universidade da Coruña sobre el puerto defiende que en estos terrenos se mantenga la actividad industrial aunque concentrando la edificabilidad existente para crear más espacios libres. También plantea convertir la estación de San Diego en un centro multiusos y construir viviendas en el muelle petrolero.
